Una mujer recibió un clon de su gata,  muerta en el 2003, por el cual pagó 50.000 dólares, en lo que constituyó la  primera operación de una empresa californiana de biotecnología.

La clon, Little Nicky, fue presentada a su propietaria ocho semanas después de su nacimiento. Nicky era tan “inteligente” que su dueña guardó una muestra de su ADN.