Evitar los conflictos y las riñas continuas en la familia significa ahorrar a los hijos daños psíquicos a largo plazo, advirtieron los médicos pediatras de la Clínica de Salzburgo.

El jefe de la sección psicosomática del hospital, Adrian Kamper, advirtió que las causas pueden ser situaciones de conflicto y la falta de cariño o atención por parte de los padres, pero también una enfermedad grave o la muerte de un familiar.

Según Wolfgang Sperl, jefe de la clínica pediátrica de Salzburgo, no siempre se trata de violencia en la familia, abuso o drogadicción, sino que la falta de armonía, el divorcio o la separación de los padres, así como la muerte de familiares, pueden redundar en problemas físicos para los niños.

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Las experiencias traumatizantes permanecen a menudo ocultas para manifestarse más tarde en hipertensión, enfermedades circulatorias, osteoporosis o apoplejías.

Otras posibles secuelas son la anorexia o bulimia, adicción a las drogas y a la nicotina.