Luis Macas fue elegido el jueves pasado como el nuevo presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), cargo que ocupará por tercera vez. En una entrevista con este Diario hizo un análisis de la situación interna de la Conaie.

Afirma que su trabajo estará enfocado a buscar un acercamiento con las organizaciones de base y reorientar al movimiento para que retome sus objetivos originales.

Pregunta: ¿Cómo está la Conaie ahora, en comparación con la de 1990, cuando usted fue su presidente?
Respuesta: La Conaie tuvo un crecimiento muy violento. 
Hemos hecho las cosas tan rápidamente, como la participación electoral. No hubo un momento para detenernos y organizarnos y hacer una evaluación seria y sostenida. Pachakutik se hizo para presentar propuestas políticas distintas, y eso se logra solo cuando hay consensos.

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P: ¿La Conaie perdió el liderazgo de la oposición por la injerencia del Gobierno?
R: Yo creo que por un error colectivo, de este descuido de los temas de interés.

P: ¿Cuáles?
R: Reactivar el desarrollo de los pueblos en términos más pragmáticos. Volamos más arriba de nuestros alcances, hablamos del cambio, pero el cambio se hace desde abajo.
Este distanciamiento con las organizaciones de base nos ha hecho daño. Tenemos que diseñar un sistema de trabajo de participación de las organizaciones de base, para ir acortando esa distancia.

P: Usted habla de retomar los temas originarios de la Conaie, pero los últimos levantamientos fueron contra el TLC y el Plan Colombia, ¿se puede combinar esas dos agendas?
R: Se puede hacer paralelamente, pero no se puede dejar de lado lo principal: la interculturalidad. La Dirección Nacional Intercultural Bilingüe (Dineib) está ocupada por el Gobierno. Espacios donde cometimos el error de involucrar a otras organizaciones como la Feine y la Fenocin. Hay que revisar también si los espacios creados sirven o no.

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P: ¿Se ha confundido el papel de la Conaie con el de Pachakutik?
R: Es necesario aclarar los roles de estas entidades, la Conaie es social y tiene que concentrarse más en eso, el Pachakutik no es solo de la Coniae, lo integran más organizaciones, es el espacio para las alianzas. Son dos entidades diferentes, esa confusión nos ha llevado a esta situación.

P: ¿Será difícil hacer una oposición al Gobierno, con quien se trabajó seis meses y conoce la organización?
R: Sí, justamente desde ese conocimiento se implementa toda la artimaña contra el movimiento indígena, más cuando la manipulación política se da a través de nuestros propios miembros, el Gobierno hace todo lo posible para mantenerse porque no tiene un sustento político social; por eso el Palacio del Gobierno se ha convertido en una casa de prostitución: llega uno, sale otro, por ahí pasan todos.

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P: ¿El papel será la oposición?
R: El movimiento indígena no va a confrontar por confrontar, primero debemos recobrar la unidad, el poder de nuestras comunidades, reencauzar la construcción de ese estado alternativo, desde las bases. Eso hará que recobre credibilidad ante la sociedad. No podemos precipitarnos.

P: ¿Siente que se le ha dejado al movimiento indígena la vocería de la oposición social frente a los gobiernos?
R: Yo creo que todo el mundo está a la espera de que el movimiento indígena haga todo. Desde la sociedad se necesita generar una conciencia de participación de todos, no solo de los indígenas.

P: ¿Definitivamente es más difícil que hace diez años?
R: Es mucho más, hay una complejidad que va desde el tema de la unidad, hasta cómo enfrentar los problemas nacionales, políticos. Tenemos que analizar con frialdad qué hacer con Pachakutik, cuáles son los frutos, y si este sirvió para fortalecer a la Conaie o no. No digo que hay que eliminarlo, pero hay que ver si estamos en posibilidades de construir un Estado como nuestros viejos soñaron.