Para el ‘Pavito’, el mejor regalo es haber sido campeón con el D. Cuenca.

Dos temporadas en Deportivo Cuenca y un título de campeón nacional con los morlacos. La consolidación como indiscutido capitán del Expreso austral. El reto que se viene en la Copa Libertadores. Todos esos factores confirmaron a Raúl Noriega que era cierta la convicción que él tuvo siempre: sus condiciones y ambiciones futbolísticas están intactas.

Resurgir luego de que Barcelona lo desechara en el 2003, por creerse que ya no podía aportar nada, alegra mucho al Pavito.
“Este año fue muy bueno en lo personal y colectivo. Logramos sacar campeón a un equipo ávido de un título. Ahora disfrutaré de este éxito con mi familia en Navidad”.

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Pregunta:  ¿Hace cuánto no disfrutaba de algo así?
Respuesta: Desde 1997, con Barcelona. Desde allí no saboreaba la gloria.

P: Al salir de Barcelona, ¿pensó que tendría una campaña como la de este año?
R: Uno imagina ciertas cosas. Pero solo pueden darse si uno se entrega por completo a su profesión y se llega a un club con una buena directiva.

P:  ¿Cómo se juega en un equipo que no es favorito?
R:  Deportivo Cuenca no es grande, recién gana un título. Pero en la ciudad es el único equipo y todos nuestros hinchas lo hacen grande. Se siente el fervor de los grandes. Es difícil compararlo con un club con 12 o 13 coronas, pero D. Cuenca hizo historia y ya piensa en grande.

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P: ¿Cuándo alcanzó su mejor rendimiento?
R:  Creo que fui muy regular. En la liguilla final iniciamos bien, con cinco triunfos seguidos. Sacamos puntos afuera y allí logramos seis que nos aseguraron el campeonato.

P: ¿Qué faltó en Barcelona?
R:  No soy nadie para analizar a otro equipo, pero ser segundo en Barcelona no sirve. Los jugadores estaban presionados porque no se daban resultados. Tenían dudas y los rivales se dan cuenta de eso.

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P:  Sale de Barcelona y Noriega resurge...
R:  No estaba opacado o rezagado en Barcelona. Entró una nueva directiva, hicieron cambios y yo no estaba en sus planes. Se los hice fácil: pedí mi pase y me fui a otro club.

P:  ¿Hay resentimiento?
R: No. No estoy resentido porque me hicieron un bien. Me tracé nuevas metas. Cuando te hieren un poquito y uno cree que es un buen jugador, uno trata de encenderse. No estoy resentido con Leonardo Bohrer. Viví una etapa que le llega a todos. Fue una fortuna para mí, porque tuve un año excelente.

P:  ¿Volvería a Barcelona?
R:  Como profesional nunca se puede decir no voy a ese equipo. Pero ya tengo contrato con D. Cuenca para el 2005.
El Pavito sonríe y dice que vive una Navidad muy feliz, con un título como regalo.