Con un discurso repleto de citas de Mao Zedong, antiimperialista y favorable a la política de "una sola China", el presidente venezolano, Hugo Chávez, que se declaró bolivariano, cristiano y maoísta, se ganó sin obstáculos este viernes a la elite académica pequinesa.
 
En la segunda jornada de su visita oficial de cuatro días a China, Chávez pronunció en la Universidad de Beijing, la más prestigiosa del país, una disertación sobre la "Revolución Bolivariana".
 
Se trata de una fórmula política ideada por el polémico presidente, que el pasado agosto fue confirmado en su cargo hasta 2007 mediante un referéndum.
 
"En octubre de 1999 el presidente nos dio un estupendo discurso del que hasta hoy guardamos buenos recuerdos", declaró el vicerrector Min Weifang al referirse a la primera visita de Chávez, en la que acabó abrazando a los alumnos.
 
La audiencia, entregada de antemano, recibió con igual entusiasmo las citas de Mao, fundador de la República Popular china (1949), y su firme oposición a la secesión de Taiwán amparándose en la política de "una sola China".
 
"Yo me sentía maoísta desde niño", confesó Chávez, que no definió su ideología política hasta ganar las elecciones de 1998 con un amplio apoyo de la izquierda, después de un intento de golpe de Estado en 1992 que le costó dos años de prisión.
 
"Esta revolución fue impulsada por el pensamiento del Gran Timonel, a quien rindo tributo,  al camarada Mao!", gritó un exaltado presidente, con lo que obtuvo un respetuoso aplauso.
 
A pesar de defender la figura de Simón Bolívar, artífice de la independencia en el siglo XIX de buena parte de países latinoamericanos, Chávez proclamó: "Rechazamos los intentos secesionistas de Taiwán. Hay una sola China".
 
La fórmula del discurso de Chávez para embolsarse al público fue similar a la de 1999, sólo que en esta ocasión adaptada a las tempestades políticas y económicas en su país.
 
"Hemos sido víctimas de agresiones internacionales, de una tormenta facturada en Washington. El imperialismo pretende ser el dueño de Latinoamérica y los dueños de Venezuela somos los venezolanos", dijo al referirse al golpe de Estado que en 2002 lo apartó del poder durante unas horas.
 
"Pero se llevaron una pequeña sorpresa al encontrar un pueblo digno que les demostró lo que dijo Mao, China se puso en pie; pues Venezuela se puso en pie y empezó a construir su propio camino".
 
China es la última etapa de una de las giras más amplias de Chávez hacia países con grandes intereses petroleros en un momento en que el encarecimiento del crudo preocupa en el mercado mundial, y en busca de clientes para su petróleo que lo liberen de EEUU, que compra la mayor parte.
 
"Debemos salir del proyecto capitalista. Y en ese marco futuro veo una economía socialista de mercado con características venezolanas", vaticinó parafraseando a su modo el eufemismo que Pekín utiliza para explicar el radical paso de una economía planificada a otra de mercado en menos de veinte años.
 
"Mao y Bolívar habrían sido buenos amigos de haberse llegado a conocer", añadió el presidente.
 
"Chávez, usted lo llama bolivarianismo, aquí lo llamamos socialismo, y estoy de acuerdo; si lo llamara cristianismo, también lo estaría, me dijo mi amigo Fidel Castro cuando me oyó hablar de Cristo y Bolívar", prosiguió arrancando el entusiasmo de los estudiantes cubanos de la universidad china.
 
De hecho, el presidente venezolano, también castrista, se ha autodenominado en ocasiones "el segundo Fidel Castro de Latinoamérica", lo que lleva camino de conseguir por la prolongación de sus discursos, que produjeron retrasos continuos en la agenda.
 
La tercera visita oficial de Chávez a China se produce en plenas fechas navideñas, por lo que dedicó una palabras con motivo de la celebración: "Cristo era un rebelde, un antiimperialista, y no un bobo".
 
El presidente, que viaja acompañado por empresarios y nueve ministros, se trasladará mañana a la provincia de Shandong (este), donde tiene previsto reunirse con empresarios y visitar la mayor cervecera del país, y desde allí regresará el domingo a Caracas.