Israel está tomando medidas especiales para garantizar una feliz Navidad en Belén, dijo una fuente militar el jueves, con la esperanza de una festividad en paz en el lugar de nacimiento de Jesús después de cuatro años de violencia palestino-israelí.
 
La atención del mundo está puesta en esa ciudad Cisjordana en la Nochebuena, de manera que para las autoridades israelíes, un clima navideño allí beneficia la imagen del estado judío.
 
La importancia de Belén para el mundo cristiano es muy clara para nosotros, dijo el teniente coronel Aviv Feigel, jefe de la oficina militar de enlace en Belén.   Nosotros en el ejército nos preparamos para esta ocasión tan importante.
 
La diferencia principal con los años anteriores es que se percibe una tensión mucho menor desde la muerte, el 11 de noviembre, de Yaser Arafat. Israel lo acusaba de fomentar la violencia palestina y espera que sus sucesores sean más pragmáticos y descarten la violencia.
 
En un informe a la prensa sobre los preparativos en Belén, Feigel dijo que Israel entregará el control de seguridad a las fuerzas palestinas desde el 24 de diciembre, la Nochebuena, y el 19 de enero, la Navidad de la iglesia ortodoxa armenia. Dijo que los soldados israelíes de servicio en los puestos de guardia de la zona recibirán instrucciones acerca del trato a brindar a los visitantes cristianos.
 
Poco después del inicio de la insurrección palestina hace cuatro años, Israel tomó el control de las ciudades y caminos principales de Cisjordania, en los que montó decenas de retenes. Belén está rodeada de puestos que controlan entradas y salidas, y la barrera que está construyendo Israel en torno de Cisjordania atraviesa el pueblo.
 
En ese marco, las fuerzas armadas dijeron que permitirían a cristianos israelíes y de Gaza visitar Belén y no limitarían el número de palestinos cisjordanos en el lugar.
 
Ciudad de 40.000 habitantes unos 7 kilómetros al sur de Jerusalén, Belén atraía a decenas de miles de peregrinos durante la época navideña y sobre todo a la Misa del Gallo en la Plaza del Pesebre.
 
Pero las cifras cayeron bruscamente a partir de septiembre del 2000, y el año pasado llegaron apenas 2.000 personas. Este año las autoridades israelíes prevén la llegada de unas 4.000 gracias a la reducción de la violencia y el ambiente más distendido.