Un chileno de 22 años ganó un automóvil último modelo, el primero de su vida, tras pasar 60 horas besando el vehículo y ver a sus competidores caer derrotados uno tras otro, algunos de ellos desmayados de cansancio.
 
José Aliaga, que trabaja de vendedor en un local de bicicletas, fue el más resistente de los 27 participantes en la singular prueba, cuyo premio era un flamante Ford Fiesta que ahora está en sus manos.
 
La idea de la emisora era que los concursantes trataran de romper el récord establecido el año pasado por un estadounidense que pasó 72 horas besando un automóvil.
 
La regla básica del concurso es que los participantes en ningún momento podían separar los labios del vehículo, salvo en los siete minutos de descanso por hora que permitía el reglamento.
 
Ello dio lugar a curiosas escenas en las que los participantes movían sus extremidades como pulpos, practicaban pasos de baile o ejercicios musculares sin despegar la boca del automóvil.
 
Rodolfo Soza, de 28 años, fue el más fiero competidor de Aliaga, pero se desmayó minutos antes de llegar a las 60 horas.
 
El ganador atribuyó su victoria al hecho de haber ingerido abundante líquido en los períodos de descanso.