Se ha generalizado la idea que la Navidad es para los niños. Eso es un error.

El nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, el Mesías, el Salvador son para todos los seres humanos.

El recuerdo de la Navidad, considerada como extraordinario obsequio de amor, ha generado y genera una corriente de afecto que conmueve aun a los descreídos.

La actitud amorosa, que se expresa en visitas y regalos, se vuelca generalmente hacia los niños y familiares y en menor medida hacia los enfermos y los ancianos.

Será acaso porque me va llegando el tiempo, cada vez que puedo y más en las jornadas de adviento, recuerdo a los míos y a mí mismo, no olvidar en Navidad ni nunca a los ancianos y particularmente a los nuestros.

En medio de esta preocupación latente acabo de conocer el gran regalo que para ellos ha preparado la Municipalidad de Guayaquil, con apoyo de otras importantes instituciones: el Plan Estratégico Cantonal de Mayores 2004-2006.

Con rigor académico, realismo social y soluciones prácticas ya existe una propuesta que procura equilibrar las desigualdades y mejorar considerablemente su calidad de vida.

Especialmente me llamó la atención el “Árbol de problemas”, donde se pueden contemplar desde las raíces hasta los frutos que produce tan extraña figura.

Cito algunas de las primeras:

-La estructura socioeconómica capitalista que solo valora al ser humano por lo que produce; la estructura social inequitativa; la sociedad y los medios de comunicación que transmiten una imagen del mayor como carga económica y social; la reducción de la inversión social del Estado; la falta de control para que se respeten sus derechos.

Transcribo algunas de las consecuencias de esas y otras raíces:
-Irrespeto de sus derechos; pobreza e indigencia; desvalorización y sentimientos de minusvalía; abandono de familiares; maltrato institucional, físico y psicológico; deterioro de su calidad de vida; presencia y agravamiento de limitaciones y discapacidades; pérdida paulatina de raíces histórico-culturales y de relación intergeneracional.

La vida de muchos mayores podrá cambiar en Guayaquil si se consiguen resultados positivos en los proyectos propuestos para cambiar su situación, como por ejemplo:

Conformación de grupos de mayores; desarrollo de un módulo de cuidado para ellos en el Programa Aprendamos; albergues flexibles que provean de cama, baño y desayuno; creación y fortalecimiento de sus propias microempresas, así como distribución y venta de sus productos.

Si quiere conocer más y hasta vincularse con la obra que ya se realiza y la que vendrá, puede comunicarse con el Departamento de Acción Social y Educación de la Municipalidad de Guayaquil.

¿Tendremos también un buen regalo navideño de nuestra parte para los ancianos? ¿Sería tan amable en darme su opinión?