El ataque contra una base de EE.UU. en Mosul (Iraq), en el que murieron al menos 22 personas, es "aparentemente" obra de un suicida, afirmó este miércoles el jefe del Estado Mayor estadounidense, Richard Myers.
 
"Parece que fue una bomba que portaba un atacante", dijo Myers en una rueda de prensa conjunta en el Pentágono con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
 
"Aparentemente era un hombre que llevaba algo atado al cuerpo", explicó. El ataque mató a 22 personas, entre ellas 13 soldados estadounidenses, y dejó heridas a 69.
 
En un primer momento, las informaciones habían apuntado que la explosión había sido producida por un ataque de mortero, aunque esta hipótesis ha ido perdiendo validez a medida que ha avanzado la investigación.
 
Myers afirmó que los insurgentes han ido cambiando sus tácticas gradualmente para encontrar puntos débiles, pero las fuerzas estadounidenses también se están adaptando.
 
El jefe del Estado Mayor afirmó que los militares de EE.UU. recibirán más entrenamiento para detectar bombas suicidas y se usará la tecnología para mejorar la protección de los soldados, por ejemplo con el despliegue de aviones espías.
 
Myers afirmó que el Pentágono divulgará hoy el resultado de la investigación sobre el ataque en Mosul, el más letal para las tropas de Estados Unidos desde que están en Iraq.
 
El general afirmó que los responsables de esta acción son "los mismos insurgentes" que atacaron Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, la Embajada estadounidense en Beirut en la década de los 80 y el buque estadounidense USS Cole en 2000.
 
"La mejor forma de prevenir esto es ganando" la guerra contra el terrorismo, concluyó Myers.
 
Las autoridades estadounidenses han previsto un aumento de la violencia a medida que se acerca la fecha de las elecciones iraquíes, que se celebrarán el 30 de enero. 

No obstante, Rumsfeld alertó en la conferencia de prensa de que "esperar un Iraq pacífico tras la elección es un error". Los insurgentes "tienen mucho que perder".