Al menos 24 personas murieron en una acción sin precedente contra un campamento muy custodiado.

Un ataque de rebeldes iraquíes a una base de EE.UU. en Mosul, mató ayer a 24 personas, entre ellos 14 soldados estadounidenses, siete contratistas civiles y tres militares de otras nacionalidades.

Fue la primera vez que un destacamento de Estados Unidos es objeto de un ataque insurgente en Iraq y se trata de la acción más mortífera contra la coalición desde que comenzó la invasión, en marzo del 2003.

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Aunque las autoridades castrenses de EE.UU. señalaron que se trató de un ataque con misiles, el grupo extremista islámico Ansar Al Sunna, al que se lo vincula con la red islámica terrorista Al Qaeda y que se responsabilizó del atentado, afirmó que fue un ataque suicida.

Catorce soldados estadounidenses, siete contratistas civiles de la empresa Halliburton y otros tres militares de nacionalidad desconocida, murieron ayer en un ataque de origen confuso a la base militar Merez, cerca de la ciudad de Mosul.

Sesenta personas resultaron heridas en el que se considera el incidente individual más mortífero para la coalición desde el inicio de la invasión.

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La cadena televisiva Fox News afirmó que tres misiles impactaron en la tienda, información que ratificaron autoridades militares de EE.UU.

Sin embargo, el grupo de militantes extremistas iraquíes Ansar Al Sunna, vinculado a la red terrorista Al Qaeda, que reivindicó la acción en internet, dijo que se trató de un atentado suicida.

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El hecho ocurrió 48 horas después de los ataques del domingo en Nayaf y Kerbala, que provocaron al menos 66 muertos y unos 200  heridos.

En el almuerzo
Soldados estadounidenses utilizaron las mesas del comedor para evacuar a los heridos, mientras otros pedían ayuda a  gritos en el comedor de la devastada base, ubicado en una tienda de campaña, según Jeremy Redmon, periodista del diario Richmond Times, de Virginia, que realizaba un reportaje cuando se produjo el ataque durante el almuerzo.

“La fuerza de la explosión hizo caer a todos los soldados de sus asientos y un espeso humo envolvió la tienda de campaña y cubrió el suelo”.  Cientos de militares acababan de sentarse, relató en el sitio electrónico del diario.

“En medio de la emergencia y los gritos, los soldados se apoderaron de las mesas para evacuar a los heridos”, escribe. Algunos de ellos gritaban:  “¡médico!”, “¡médico!”.

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Tras la explosión, algunos soldados lograron salir, otros, despavoridos, se abrían paso entre los  escombros y algunos se desvanecían.

Mosul, la tercera ciudad de Iraq, es escenario de una violencia incesante en las últimas semanas desde que rebeldes sunitas derrotaron a la fuerza policial entrenada por EE.UU., mientras las tropas estadounidenses asaltaban Faluja.

Antes del atentado, el diario The Washington Post y la cadena ABC de televisión difundieron el resultado de una encuesta, según la cual el 56% de estadounidenses opina que la invasión de Iraq fue un error y su costo no vale la pena.