El capitán Ángel Velasco tenía un corte en la ceja. Temblaba y agradecía a los pobladores de Isabela por haberlo rescatado del mar. Eran las 19h00 del pasado lunes cuando llegó a Isabela; habían pasado 6 horas y 40 minutos desde que la avioneta que tripulaba cayó al mar.

Velasco se salvó junto a N. Rubio, el único pasajero que llevaba en un vuelo desde Baltra a Isabela.

“Decía que a tres minutos de aterrizar el avión empezó a fallar. Se quedó callado para no asustar al pasajero pero luego debió decirle y tuvo que maniobrar mientras se colocaban los chalecos inflables. Después se puso a hablar de otras cosas, todavía estaba aturdido”, afirmó ayer Adriana Meza, quien labora en la radio Isabela y fue una de las decenas de personas que lo recibieron en esa isla.

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“Todos colaboraron con la búsqueda. Recogieron plata para el combustible y salieron a buscar”, afirmó.

La tripulación de Aerogal que iniciaba el vuelo de retorno de Baltra a Guayaquil captó una señal de auxilio y comunicó a la jefatura de aeropuerto de Baltra. Eran las 12h22 del pasado lunes cuando al escuchar el reporte, el jefe de aeropuerto, Édgar Navas, activó el plan de búsqueda y pidió ayuda para la nave en problemas.