La enfermedad se ha convertido en causa de despido intempestivo. Las ONG alista plan de sensibilización.

Los reiterados mensajes de tolerancia que las personas infectadas con VIH difunden en la sociedad, parecen no encontrar eco aún en todos los sectores. Los seropositivos (5.630 en el país) aseguran enfrentar a diario un mal mayor al Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (Sida): la discriminación. Y  en todas sus áreas: social, laboral e, incluso, médica.

La enfermedad se ha convertido en una causa ilegal de despedido intempestivo, asegura el abogado Marco Pacheco, quien atiende a personas con VIH en la Defensoría del Pueblo. Allí se tramita un promedio de tres denuncias anuales por este motivo, aunque –dice– la mayoría no se atreve a iniciar un proceso “porque los patronos disfrazan la discriminación con otras figuras”.

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Este año se abrieron cuatro casos: uno llegó a un acuerdo con la empresa, otro prefirió archivarla y otro logró ser reintegrado a sus labores. Mientras que la última denuncia continúa en proceso.

La Defensoría ha registrado 23 empresas que piden pruebas a sus empleados o que los han despedido por VIH, porque –indica– son prohibidas por la ley.

Según él, el problema pasa por el temor y el desconocimiento del empleador frente al virus.

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En ello coincide el doctor Henry Rodríguez, de la organización española Médicos Sin Fronteras (MSF). “Se cree erróneamente que se va a contagiar a otras personas por darse la mano,  conversar o beber del mismo vaso”.

El VIH no disminuye capacidades físicas ni mentales, señala, porque con los antirretrovirales se puede evitar llegar al sida.

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Hans Vanhassel, punto focal VIH del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), afirma que la discriminación laboral tiene repercusiones en la economía porque se reduce el número de gente productiva. Además, se deja sin ingresos al afectado para mantener cargas familiares y su tratamiento.

La Defensoría, el PNUD, MSF y la coordinadora de las ONG con trabajo en sida alistan una campaña de sensibilización en las empresas de la ciudad para el próximo año. Esta se coordinará con las cámaras de Industrias y Comercio y autoridades de educación para ir a colegios y universidades, donde empieza a extenderse la problemática.

Testimonios

“Cuando tenía cuatro meses de embarazo mi esposo falleció. Nunca supe porqué hasta que mi hijo nació y empezó con complicaciones. Allí me enteré que tenía VIH.
Los exámenes llegaron al Departamento de Personal de la empresa. Me dieron vacaciones y cuando me reintegré me despidieron alegando otros motivos. Aunque me daban una mensualidad por mi despido hace seis meses me la quitaron y no tengo ningún ingreso porque además divulgaron mi enfermedad en todo el trabajo. Necesito el dinero porque debo internarme cuando caigo enferma”.

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Paola

“Hace diez años me enteré que tenía VIH. En mi trabajo (una clínica privada de la ciudad) se enteraron que mi esposo estaba contagiado y me llevaron a la fuerza a hacerme exámenes, pero no me los hice y me despidieron sin ningún beneficio. Trabajaba en control médico preventivo administrativo, donde no tenía contacto con la gente. Yo estaba mal por la noticia y no seguí un juicio. He trabajado en tres sitios más y cuando se han enterado he tenido que salir. Ahora estoy en un negocio con una cuñada y siguiendo acciones contra mi familia y barrio”.

Karla
Comerciante y madre de familia
Madre de familia , despedida

416 CASOS
nuevos de VIH se registraron en Guayas hasta octubre del 2004, según un reporte del Programa Regional de Sida. En el hospital de Infectología ingresaron este año 348 pacientes.

80,5%  DE CASOS
de todo el país (5.630) se concentra en la región Costa, el 17% en la Sierra, 1,5% en el Oriente y el 1% en Galápagos. De los afectados de la Costa, el 71% corresponde a Guayaquil.

256 FALLECIDOS
por sida se reportaron en la provincia hasta octubre de este año, de acuerdo con las estadísticas de  la Dirección de Salud del Guayas. En el mismo periodo del 2003 llegaron a 223.