Si James Rosser Jr se sale con la suya, cada cirujano en Estados Unidos tendrá tres herramientas indispensables en el quirófano: un bisturí, hilo de sutura y un control de videojuegos.
 
Rosser parece un jugador de fútbol norteamericano y gusta de hacer chistes como si fuera un comediante, pero su trabajo como cirujano y director del Instituto de Tecnologías Médicas Avanzadas en el Centro Médico Beth Israel, en Nueva York, consiste en hallar mejores formas para practicar la medicina, y los videojuegos encabezan su lista para optimizar el entrenamiento clínico.
 
"Los cirujanos académicos tradicionales ven lo que hago y empinan sus narices", dijo Rosser en la primera conferencia de medicina y tecnología de la industria de Recreación y Videojuegos, auspiciada por el Centro de Investigaciones de Tecnologías Avanzadas y Telemedicina (TATRC, por sus siglas en inglés) del ejército de Estados Unidos. Dicha reunión se celebró a principios de diciembre.
 
Los cirujanos que practican videojuegos durante tres horas a la semana cometen un 37 por ciento menos de errores y trabajan a un ritmo 27 por ciento más rápido, según Rosser, que basó sus observaciones en los resultados de pruebas en las que se usó un videojuego llamado "Super Monkey Ball".
 
Con el propósito de diseñar un mejor sistema para entrenar a los médicos, Rosser y sus colegas reunieron a cirujanos, cineastas y diseñadores de videojuegos para discutir formas en la que los tres grupos pueden contribuir para desarrollar mejores herramientas.
 
Aunque los sistemas están dirigidos principalmente al entrenamiento médico, Rosser también hace demostraciones en escuelas primarias para que los niños tengan una idea de lo que es ser un especialista de la salud.
 
Más de 5.000 personas, incluidos niños y cirujanos, han realizado ejercicios de entrenamiento en un sistema bautizado por Rosser como "Top Gun", diseñado para entrenar a los cirujanos que se dedican a hacer laparoscopias, una técnica muy poco invasiva que se usa para reparar lesiones dentro del cuerpo.    
 
Medicina Militar
Los videojuegos también tienen mucho que ofrecer al ejército, según Greg Mogel, radiólogo y director de la sucursal en la costa oeste de Estados Unidos del TATRC, quien habló junto a Rosser en la conferencia celebrada en Marina del Rey, California.
 
"Se entrena mientras se combate y se combate mientras se entrena", expresó.
 
TATRC mostró un programa llamado "STATCare", un simulador virtual para paramédicos militares que les permite vendar heridas, hacer torniquetes, administrar fluidos intravenosos, inyectar medicamentos y realizar todas las evaluaciones necesarias para atender a los heridos en el campo de batalla.
 
El programa funciona, dijo J. Harvey Magee, del TATRC, pero "en la parte negativa, aún no responde como un videojuego verdaderamente bueno".
 
En este aspecto es donde estriba el gran valor de la conferencia, señaló Rosser.
 
Uno de los otros videojuegos que mostró fue el llamado "The journey to wild divine", que cuesta 160 dólares y se basa en la retroalimentación biológica.
 
Los jugadores, que portan dispositivos en sus dedos que determinan su pulso y la conducción cutánea de estímulos, deben tranquilizar sus mentes y cuerpos para responder a las demandas del juego.
 
En una demostración, los jugadores tenía que controlar su grado de estrés y el ritmo cardíaco para hacer que un globo flotara en una atmósfera mística.
 
Otro producto que se mostró fue un sistema desarrollado por el investigador Walter Greenleaf, el cual emplea la tecnología para rehabilitar las manos. Los pacientes usan guantes especiales con sensores y controlan un videojuego haciendo ejercicios de rehabilitación.
 
Algunas personas pueden considerar que estos juegos son una pérdida de tiempo, pero para Rosser son parte del trabajo.