¿Por qué no nos interesa el tema del Tratado de Libre Comercio (TLC)? Simplemente porque no sabemos qué mismo es. Muchos entendidos creen que  suscribir el Tratado será perjudicial para el país. “Catastrófico”, dicen, y ya tenemos ejemplo como México;  sin embargo, otros defienden la tesis de que, al contrario, al firmar el TLC Ecuador abrirá muchas oportunidades de desarrollo, la economía crecerá y los problemas sociales como el desempleo bajarán.

Al abrir las puertas al TLC estaremos entrando en la competencia internacional donde no existe el libre comercio a los ecuatorianos, donde nos tendremos que poner a la par con las exigencias internacionales de control de calidad.

Con una misma moneda – el dólar– tenemos que la inflación en Estados Unidos no sobrepasa el 2,1%, mientras que en Ecuador, donde existe pesca abundante (delfines y aletas de tiburón incluidos), y donde se pudre el banano, el mango, donde de vez en vez existe sobreproducción de arroz, reservas de  petróleo para más de 30 años aunque tenemos que importar la gasolina; tenemos una inflación del 7%, 9%, ambos porcentajes hasta mayo de este año. Si no somos competitivos, nunca debemos firmar el TLC.

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Colombia y Perú tienen  a sus legisladores trabajando en el TLC. A nuestro Gobierno le falta criterio, y nuestros legisladores ya piensan en la Navidad; aunque, increíble, le  toca al mismo Congreso Nacional aprobar el TLC.

Es muy vergonzoso que  ni al Presidente de la República ni a los legisladores –voz del pueblo–  les interese el tema.

Xavier Cruz Ángel
Guayaquil

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El TLC nació muerto en  Ecuador, porque antes de buscar la unidad entre todos los sectores de la producción y la debida información y capacitación al pueblo ecuatoriano, se disputaron la cabeza del TLC entre ministros (abril del 2004), lo que causó marginación del sector agrícola al no poder viajar a Lima sus principales representantes a negociar una posición conjunta entre Colombia, Perú y Ecuador para hacer frente a  dicho Tratado con  Estados Unidos.

Una de las principales preguntas que debemos hacernos es ¿qué va a pasar con nuestros puestos de trabajo luego del TLC? Para poder responder deberíamos decir que los empleos se van a afectar de forma distinta si se trata de empleos dirigidos a la producción para el mercado interno, es decir, empleos que producen bienes y servicios que nos vendemos entre nosotros.

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El Tratado va a permitir es que se mantengan vigentes las condiciones que ya han existido para las empresas que exportan a  Estados Unidos, es decir, va a representar lo mismo que hemos tenido hasta ahora. Para las empresas ecuatorianas ligadas a la exportación, el TLC no va a representar por sí mismo ningún empleo nuevo. Todo lo que digan los representantes de las transnacionales de Estados Unidos es pura mentira, para defender sus intereses.

Sin embargo, los estadounidenses van a entrar libres de impuestos o con impuestos muy bajos al Ecuador, a un costo menor, perjudicando al productor nacional que tendrá que desaparecer, o bien procurará evadir las contribuciones a la seguridad social, los impuestos, etcétera.

Dentro de los sectores más afectados está el campesinado nacional, que representa más del 54% de la población.

Servio Lima
Guayaquil

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