Seis personas murieron y varias más resultaron  heridas este viernes en París, su periferia y el norte de Francia tras fuertes  vientos que alcanzaron los 130 km/h y causaron serios daños materiales sobre  todo al norte del país, informaron los servicios de bomberos.
 
Según la compañía estatal de electricidad EDF, un total de 385.000 hogares  se vieron privados de electricidad en todo el país y hubo retrasos en los  vuelos que salían o llegaban a los aeropuertos parisinos.
 
En un barrio residencial del centro de París, una mujer de 61 años murió  aplastada por un árbol que cayó encima de un automóvil. En la localidad de  Vernouillet, a las afueras de la capital, otra persona falleció, decapitada por  una chapa metálica que se desprendió de un tejado.
 
En la localidad de Saint Jean aux Bois, al norte del país, un hombre que  circulaba en motocicleta murió aplastado por un árbol que se vino abajo por la  fuerza del viento.
 
En la ciudad Gruny (norte), un conductor falleció también cuando otro árbol  cayó sobre su automóvil.
 
Dos hombres fallecieron en la región del Aisne (norte), aplastados por  árboles que se desplomaron.
 
En Saint Cloud, también en la periferia de la ciudad, dos personas  resultaron heridas de la misma manera cuando circulaban por la localidad.
 
Otro árbol que cayó sobre un cable provocó la interrupción parcial de una  línea de los servicios de trenes suburbanos en la capital francesa.
 
Por otra parte, las pistas de patinaje de la torre Eiffel de París y del  Ayuntamiento de la capital cerraron por precaución debido a la fuerza del  viento, indicaron las autoridades municipales en un comunicado.
 
Junto con ellas cerraron sus puertas anticipadamente todos los parques,  jardines y cementerios de la ciudad.
 
Los dos aeropuertos de la capital francesa, Orly y Charles de Gaulle,  registraban retrasos de en torno a una hora y media debido a los fuertes  vientos.
 
Los servicios de meteorología franceses establecieron un nivel naranja de  alerta en la región de París y aconsejaron a los automovilistas que pasaran el  menor tiempo posible en la carretera.
 
En el norte del país, se registraron daños materiales de diversa gravedad y  las llamadas a los servicios de bomberos se contaban por centenares, la mayoría  de ellas referentes a árboles caídos en carreteras y en las calles o a tejados  desprendidos.
 
En la región de Normandía (noroeste), un puente fue cortado a la  circulación después de que una caravana y un camión volcaran debido al viento.
 
En diciembre de 1999, una fuerte tempestad y vientos huracanados provocaron  numerosos daños materiales en la capital francesa.