Los gobernantes europeos previsiblemente aceptarán finalmente iniciar conversaciones con Turquía para su ingreso a la Unión Europea, pero utilizarán su cumbre de dos días que comienza este jueves para imponer tantas condiciones que el deshielo diplomático difícilmente parecerá una cálida acogida.
 
Un día después de que miembros del Parlamento Europeo alzaron carteles con la palabra   evet sí para respaldar las pretensiones de Turquía, los 25 jefes de gobierno elaborarán condiciones y advertencias para tranquilizar a sus ciudadanos y advertir a Ankara que el ingreso podría demorar doce años o más.
 
Mi respuesta es sí, pero si, dijo el presidente Jacques Chirac a los franceses antes de partir hacia Bruselas para la cumbre de la UE más esperada de los últimos años.   Sí, pero si Turquía cumple totalmente con las condiciones que imponemos, dijo Chirac.
 
La reunión está prevista para comenzar la tarde del jueves, pero según fuentes oficiales podría haber una decisión sobre Turquía esa misma noche.
 
Aparte del gran paso de acercar a Turquía al redil europeo, podría producirse el reconocimiento de hecho de Chipre por Ankara, una de las condiciones para el ingreso.
 
A diferencia del ingreso de 10 países del este europeo en mayo, la sola posibilidad de que un país predominantemente asiático y de mayoría musulmana que además es una fuente de mano de obra barata se convierta algún día en una de las naciones más grandes de la UE ha agitado los nervios en muchas capitales.
 
El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan ha dicho que no aceptará cualquier condición que le impongan.
 
Si tratan de imponer condiciones inaceptables... pondremos este asunto en el congelador y seguiremos nuestro camino, aseveró.