Las autoridades cubanas calificaron el miércoles de "mamarrachada" un adorno navideño instalado por la Oficina de Intereses de Estados Unidos en esta capital que incluye un cartel que alude a disidentes isleños encarcelados. 
 
El adorno navideño incluye un cartel con el número 75, alusión al número de disidentes detenidos en marzo del 2003 y condenados luego a largas penas de cárcel bajo acusaciones de conspirar con Estados Unidos para derrocar al gobierno cubano. Tanto los opositores como funcionarios estadounidenses han rechazado las acusaciones. 
 
El incidente podría provocar un nuevo enfrentamiento diplomático entre los dos países, pues el gobierno cubano le ha exigido a la misión estadounidense que retire los adornos so pena de sufrir   consecuencias, y los estadounidenses se niegan. 
 
El representante de Washington, James Cason,   está provocando con las mamarrachadas usuales, dijo Ricardo Alarcón, el líder parlamentario cubano en la presentación de un documental sobre cinco hombres detenidos en Estados Unidos bajo acusaciones de espiar para La Habana. 
 
"Parece como que está desesperado por provocar problemas", agregó con tono molesto el legislador, un cercano colaborador del presidente Fidel Castro en temas estadounidenses. 
 
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado Ricard Boucher defendió el montaje navideño y aseguró que no se desmantelará hasta después de las Navidades. 
 
El letrero de   75   muestra nuestra solidaridad con los cubanos que luchan por la democracia y la libertad en momentos en que pensamos son apropiados, en las Navidades, cuando recordamos a los que están desaparecidos por represión política, dijo Boucher. 
 
La semana pasada, Cason dio la orden de colocar el cartel junto a los habituales de cada año: Papá Noel y caramelos gigantes entre otros motivos navideños, pero le agregó el número 75. 
 
En lo que va de este año, las autoridades han liberado a 14 de los disidentes detenidos en el 2003. Los arrestos generaron una intensa controversia internacional. 
 
El martes por la noche, Cason convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer las amenazas que recibió de parte de la cancillería cubana para quitar el cartel de 75. 
 
Nuestra intención, con espíritu navideño, fue llamar la atención sobre la suerte de los 75, dijo Cason a la prensa.   Estamos dispuestos a pagar el precio que sea por las cosas en las cuales creemos. 
 
Podrían expulsarnos, podrían seguir estorbando nuestras actividades, agregó el diplomático. 
 
Hasta ahora ningún funcionario isleño informó sobre qué medidas se tomarán hacia la misión. 
 
En reiteradas ocasiones, Cuba acusó a Estados Unidos de usar su Oficina para realizar actividades políticas y fomentar la disidencia. 
 
El viernes pasado, Cason invitó a un grupo de opositores a su residencia y junto a ellos enterró un cofre con deseos de democracia y pluripartidismo; mientras calificó al presidente Fidel Castro de "dictador".