No es la primera vez que algo así sucede, por lo que la ciudadanía deberá hacer un llamado de atención a las autoridades pertinentes.

Esta vez el fuego se inició por un problema eléctrico, pero los petardos guardados en el lugar de manera clandestina agravaron la situación. Afortunadamente no hubo heridos ni víctimas mortales, pero si el incendio se hubiese extendido, hoy estaríamos lamentando un saldo trágico.

Es inevitable, por las condiciones sociales del país, que el Municipio aún permita que se instalen estos locales informales en algunos puntos específicos de la ciudad, pero sin duda que están fallando los controles para evitar peligros como este.

Publicidad

Malas instalaciones eléctricas, materiales altamente combustibles, petardos ilegales, es una combinación demasiado peligrosa como para dejar que se repita.

Será necesaria entonces una prolija investigación a cargo del Municipio, el Cuerpo de Bomberos y la Empresa Eléctrica para establecer qué fue lo que falló y corregirlo de inmediato. Desde ya la venta ilegal de petardos deberá ser combatida con mayor energía por la Policía Nacional, pero en las demás áreas se deberían establecer responsabilidades similares.