Dos personas fueron asesinadas entre la tarde y noche del pasado sábado cuando salieron de sus hogares. Sus familiares no se explican las circunstancias en que sucedieron los crímenes, pues las víctimas no fueron asaltadas y, según afirmaron, estas no tenían enemigos.

Segundo Arturo Rúa Campaña, de 35 años, salió de su domicilio ubicado en la tercera etapa de Los Vergeles, aproximadamente a las 11h30 del sábado, explicó su esposa, Sara Moreira. Pero cuatro horas más tarde el cuerpo de su cónyuge fue abandonado en el portal de su vivienda.

“Mi marido me dijo que ya regresaba y a eso de las 15h30 me lo vinieron a dejar muerto en el portal de la casa. El cuerpo tenía cinco disparos, yo pido que atrapen a los asesinos. Mi esposo no tenía peleas con nadie y exigo que su muerte sea aclarada”, dijo la desesperada mujer, mientras esperaba afuera de la morgue para que le hicieran la autopsia al cadáver de su marido.

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Según versiones de los vecinos de Rúa, un vehículo color verde, del que no se especificó marca o modelo, llegó al pie de la casa y los sujetos que estaban en el interior dejaron su cadáver.

El fallecido era taxista, pero hace poco tiempo tuvo que vender su vehículo y se dedicó a realizar trabajos de albañilería, explicó Moreira. Dos niños, de 8 y 2 años, quedan en la orfandad.

En Flor de Bastión
En un hecho similar, Joffre Mantilla Mantuano, de 31 años, fue asesinado cuando iba a visitar a su madre en la cooperativa Mayaicu, ubicada en el sector de Flor de Bastión (norte de la ciudad), la noche de ayer.

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Johanna Dumas, esposa de Mantilla, quien laboraba como agente vendedor de una distribuidora, dijo desconocer el móvil de crimen, pues su conviviente le dijo que iba a ver a su progenitora, pero alrededor de las 22h00 del pasado sábado, ella recibió una llamada donde le comunicaban de su deceso.

Según el parte elaborado por la Brigada de Homicidios de la Policía, el cadáver tenía balazos en el tórax y moretones en el rostro.

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