El usar gabarras ante la falta de puentes ha dejado como saldo once muertos en los últimos siete años.

La escena parece sacada de un libro de tradiciones costeñas, pero a diario se la vive en los cantones Colimes y Balzar, ubicadas a orillas del río Daule. Las gabarras aún son los medios de transporte imprescindibles en esta zona.

Con las primeras luces del alba la vieja embarcación acodera en una de las orillas entre los chirridos de fierros viejos. Enseguida una persona baja dos rampas y mediante señas manuales dirigen al conductor del vehículo para que se acomode en una plataforma metálica de 11x3 metros.

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Un motor fuera de borda impulsa la estructura. El periplo, por el que se debe pagar un dólar, dura 7 minutos en verano, cuando el ancho del río es de 80 metros pero cambia radicalmente en invierno, cuando el cauce alcanza cerca de 200 metros entre ambas orillas y el viaje puede demorar hasta 15 minutos.

Colimes está ubicado a 72 kilómetros de Guayaquil, tiene 12 años como cantón, pero le anteceden otros 112 años como parroquia. Desde la vía Palestina-Balzar, concesionada por el Consejo Provincial del Guayas, hay un desvío de cinco kilómetros que se corta abruptamente en el río Daule; desde allí hay que utilizar la gabarra o canoas para llegar hasta Colimes.

Sin embargo este periplo fluvial muchas veces ha tenido consecuencias fatales. En Colimes el 26 de julio de 1997 fallecieron 5 personas cuando un automotor cayó al río. El hecho más reciente se produjo el sábado 6 de noviembre en Balzar, cuando seis personas perecieron ahogadas.

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Al mencionar el tema, el alcalde (e) de Colimes, Freddy Ronquillo Burgos (PRE), cambia el semblante; él reclama no solo como autoridad, también fue uno de los afectados por la tragedia de 1997: entre las víctimas se encontraban varios familiares suyos.

El personero recordó que desde 1988 se pidió al Ministerio de Obras Públicas (MOP) la construcción del puente, pero esto nunca se concretó; al Consejo Provincial del Guayas también se hizo la solicitud y, en esa ocasión, el prefecto Nicolás Lapentti, argumentó que no contaba con los fondos para ejecutarlo.

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Historia similar
A 34 kilómetros al norte, en el cantón Balzar, hay otra historia similar. En esta jurisdicción, que hace poco celebró 101 años de cantón, los habitantes de la zona rural, que comprende más de una veintena de recintos también deben utilizar gabarras.

Aquí los mayores usuarios de las gabarras, son los ganaderos, que transportan leche y queso de sus haciendas para ser comercializados.

Las canoas también son de uso obligatorio en estas poblaciones ante la falta de puentes. Galo Peralta, del recinto Chicompe, utilizar la embarcación dos veces por semana con 30 libras de queso para venderlas en Balzar.

El menor Mauricio Moncayo paga 0,20 dólares por utilizar la canoa y asistir a su escuela en Balzar.

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Los campesinos esperan que estos problemas terminen cuando tengan el puente.  

RURALES

ESPECIFICACIONES
Los puentes tendrán una longitud de 130 metros y un precio referencial de 1’700.000 dólares cada uno. Según la convocatoria, el contratista asumirá el costo de la obra y los pagos serán efectuados, en el caso de Balzar, mediante un convenio entre el Consejo y el Municipio; mientras que en Colimes, los pagos los asumirá la corporación provincial.

CONSTRUCTORA
En el caso de Balzar la obra estará a cargo de la empresa industrias Knaser Iknaser, que ofertó la construcción en 1’485.000 dólares.

REUBICACIÓN
El Consejo Provincial debe decidir si acepta la propuesta de los pobladores de Balzar de que el puente se construya en el sector de Puerto Grande, al norte de la población.