La economía de los pescadores del Litoral mejora sustancialmente en diciembre debido a la presencia del pez dorado (Coryphaena hippurus), en la región costera.

Pescadores como Mario Quiroz, que el martes pasado se preparaba en la playa de Tarqui para empezar una faena de dos semanas, dijo que cientos de compañeros esperan que esta temporada, al igual que las otras, la captura del dorado les permita trabajar y ganar dinero para pasar bien las fiestas de Navidad y fin de año.

“El dorado es como una bendición en estas semanas, porque los últimos dos meses han sido difíciles para los pescadores, debido a la prohibición de comercializar aletas de tiburón, un producto que también nos permite sostener a nuestras familias”, indicó el pescador.

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El subdirector de pesca para Manabí y Esmeraldas, Jimmy Martínez Ortiz, dijo que los barcos no están llegando con los volúmenes deseados de dorado, pero que dependiendo de las condiciones del mar se espera que las capturas mejoren entre la primera quincena de diciembre y  de enero próximo.

Según el funcionario, los pescadores que están trabajando,  a unos tres días de navegación de la costa, traen en ocho días entre 30 y 35 mil libras de dorado. Esa carga se la destina para los mercados internacionales.

El director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Pesca Blanca (Asopebla), Guillermo Morán Velázquez, dijo que la época del dorado, que va de noviembre a marzo es buena para los pescadores y los exportadores, porque crea fuentes de trabajo y beneficia indirectamente a otros sectores de la producción, como es el de los proveedores de alimentos, transporte, hielo, cartón, plástico, entre otros.

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Señaló que en las plantas exportadoras se incrementa hasta el 40% la contratación de mano de obra, sobre todo la femenina.