La última victoria del primer ministro israelí,  Ariel Sharon, ilustra la capacidad de estratega de este ex general que logró  neutralizar a los opositores a su plan de retirada de los territorios  palestinos. 
 
Cuatro meses después de que el comité central del Likud impidiera el  ingreso de los laboristas al gobierno, Sharon logró hacer cambiar de opinión a  la máxima instancia de su partido, lo que le permitirá llevar a cabo su plan de  retirada de la franja de Gaza. 
 
Este proyecto fue rechazado masivamente por la base del partido en un  referéndum interno, aunque gran parte de la dirección le tendió una mano a  Sharon. 
 
Para el profesor de Ciencias Políticas, Avraham Diskin, la fuerza de Sharon  y lo que lo distingue de otros políticos israelíes, "es que es testarudo, que  combate y tiene una convicción muy fuerte de que posee la razón". 
 
"Comprendió que los palestinos no se convertirán jamás en grandes sionistas  y que la única forma de lograr un acuerdo con ellos es separarse, retirarse  unilateralmente de la franja de Gaza. Y eso es lo que hará", indicó.
 
No sólo se trata de que el tiempo haya hecho su trabajo, resaltó un  editorialista del diario Yediot Aharonot. 
 
Por sobre todo, parece ser que la amenaza expresada por el primer ministro  de que convocaría a elecciones anticipadas tuvo su efecto sobre la mayoría de  los miembros del Comité Central del Likud, que saben que una repetición de la  victoria aplastante de 2001 está garantizada. 
 
"Sharon eligió su objetivo", indicó el editorialista de Yediot, "hizo  prueba de liderazgo y ganó. Y aunque la táctica no sea siempre apropiada, el  resultado demuestra que su estrategia es la indicada". 
 
"Al igual que David Ben Gurion, que creó Israel con una débil mayoría de  votos, y al igual que Charles de Gaulle para la independecia de Argelia, Sharon  osó tomar un riesgo y ganó", indicó el politólogo Hanan Crystal, en  declaraciones a la radio pública israelí. 
 
El diario liberal Haaretz estimó que Sharon es "el tipo de persona que es  capaz de provocar milagros". 
 
"Durante la saga de (su plan de) retirada, privado de su coalición y  prácticamente sin partido en el cual respaldarse, (Sharon) tomó la decisión de  un jugador que perdió todo su dinero y al cual le queda una sola ficha. Y la  jugó en la instancia que menos lo respaldó, el Comité Central del Likud, que  sólo le ha causado derrotas y humillaciones", destacó. 
 
Inclusive los palestinos expresaron su esperanza respecto a la nueva  coalición de gobierno entre el Likud y los laboristas. 

"Esperamos que la formación de un nuevo gobierno israelí conduzca al  relanzamiento de un proceso de paz significativo que lleve al fin de la  ocupación israelí desde 1967 y a una solución de dos Estados", declaró el  ministro palestino a cargo de las negociaciones con Israel, Saeb Erakat.