La jornada era normal, ayer, en la Corte Superior de Guayaquil, hasta las 09h50 que cerraron las tres puertas de acceso y los empleados judiciales se declararon en sesión permanente, por 24 horas, en respaldo a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Solo los jueces trabajaron a puerta cerrada.

Ese momento, los servidores judiciales obligaron a que los usuarios salieran, al tiempo que unos 30 policías se apostaban, una mitad dentro del edificio y la otra en el exterior, para  asegurar el orden porque algunas personas amenazaban con tumbar el enrejado de protección.

Los usuarios estaban indignados. La abogada Jenny Unamuno tomó un megáfono y arengó a que los demás abogados, que hasta las 10h20 se habían mantenido tranquilos, empezaran a protestar. Unamuno y sus seguidores gritaron: “¡Reorganización! ¡Respaldo al presidente (Lucio) Gutiérrez!, ¡afuera los jueces corruptos!”.

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En el interior, los empleados judiciales estaban reunidos en la planta baja, unos se mostraban a favor del paro, otros en contra y gritaban que querían trabajar y atender al público.

“Estamos en sesión permanente hasta que la Federación Nacional de Judiciales (Fenaje) dé las instrucciones desde Quito”, dijo el defensor público Walter Jaramillo, y lo corroboró el juez 11º de lo Civil, Carlos Coello.

Clay Cabrera, dirigente del Frente de Defensa Judicial, destacó que se reunieron “para defender la carrera judicial, garantizada por el artículo 204 de la Constitución”. Su pronunciamiento arrancó aplausos.

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Cabrera aprovechó para defender la posibilidad de ascensos. “¡Es nuestra propuesta y por eso hemos plegado a este paro!”, exclamó.

El juez 3º de lo Penal del Guayas, Reynaldo Cevallos, uno de los pocos jueces que se adhirieron al paro dijo: “Apoyamos la resolución que hizo pública la CSJ sobre la falta de seguridad jurídica que ocurrirá si son intervenidas las cortes de Justicia del país”.

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Cevallos exhortó a los judiciales a que protesten públicamente a favor de la institucionalidad del país.

Gustavo von Buchwald, presidente de la Corte Superior de Guayaquil, desde su despacho estuvo al tanto de las noticias por la televisión. Dijo que como judicial se acogía al paro hasta ver qué resolvía la Fenaje. “Pero, trabajamos internamente”, destacó.

Los jueces penales estuvieron en sus despachos. Vicente Sorroza dijo que su preocupación era mantenerse al día. Rocío Santos, Aquiles Dávila, Silvia Orejuela, Édgar Salazar, Marco Torres, Manuel Bustamante, Jorge Moreno, del área penal, trabajaron pero no atendieron. Igual Patricia Veintimilla, Gastón Thoret, José Rendón, Pedro Iriarte, entre otros del área civil.