Los diputados no hacen reír, sino dar coraje con sus actitudes contaminadas con la traición, tan peligrosa como el cáncer o el sida.

Quienes los hemos visto muchos años, muchos bienes, propiedades, carros, milagrosamente les cayeron.

Y con el “virus” de la traición, se lanzan encabezando listas, se hacen famosos y dan baños de honestidad. Vemos las caras y no los corazones.

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Raúl G. Cordero Naranjo
Guayaquil

Últimas expresiones han dejado atónitos a los ecuatorianos, cuando se han referido a que la mayoría gobiernista caerá igual que las torres gemelas de la Gran Manzana, y que dicha mayoría es frágil debido a un supuesto reparto inadecuado de la troncha.

Dichas expresiones  pasan a la historia  tristemente célebre  de la política, y nos hacen pensar  que: algunos   consideran al país y a sus poderes de gobierno como una troncha por repartir cada vez. Que de la troncha, lo que tocó resultó ser muy poco. Que ha quedado demostrado, una vez más, la falta de conocimiento político de muchos  que llegaron por fama  y no por  conocedores de las ciencias políticas.

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Hay quienes nada exponen en el Congreso y  solo  levantan la mano y votan a la orden que reciben a través de sus celulares.  Nada ha cambiado en dicha área. Diputados aún no se han dado cuenta de que el pueblo sí ha cambiado, y que le resultan antipáticas  las agresiones, berrinches...,  para lo cual no fueron elegidos, por lo que se encuentran en mora.  Las elecciones ya no las gana el que más grita, más insulta, más ceniceros lanza o pretende darse golpes con sus rivales del momento. Las elecciones próximas podrían ser sorpresivas para los de siempre.

Ab. Francisco Silva T.
Guayaquil

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“Algún día venado, yo suelto y tú amarrado”. Con este refrán se pueden calificar hechos últimos en el ámbito político de nuestro país.
Definitivamente todo en la vida tiene su curva ascendente, su curva máxima y su curva descendente.

Se escuchó que eran inconstitucionales las decisiones del Congreso, pero cuando en 1997 con mayoría simple derrocaron al presidente Bucaram, y cuando en 1998 hicieron lo mismo que ahora en el Tribunal Constitucional; ¿eso qué era?

Espero, al igual que la mayoría de los ecuatorianos, que esta vez se logre mantener una real democracia sin presiones políticas y que ya no sea manejado nuestro país como una marioneta, con finos hilos de seda.

José Xavier Adum Muñoz
Guayaquil

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