La Scala, uno de los teatros de ópera más celebrados del mundo, reabrió ayer sus puertas después de una extensa renovación que duró tres años y costó alrededor de 67 millones de dólares.

Terminar los trabajos en el plazo fijado fue como una especie de milagro, dijo el vicealcalde Riccardo de Corato. Al comienzo de las obras, en el 2002, la compañía de La Scala se mudó al teatro Arcimboldi de Milán y presentó allí sus funciones. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, invitó a varios estadistas europeos para que asistan a la función inaugural, entre ellos el presidente suizo Joseph Diess y los primeros ministros de Croacia, Bulgaria y Albania. El diseñador Giorgio Armani invitó a la actriz de cine Sophia Loren para que lo acompañe en la velada.