El coronel Lucio Gutiérrez ha decidido mediante decreto supremo instaurar la vestimenta para los diplomáticos ecuatorianos a la usanza de los años 1800.

Como Ecuador es un país donde el dinero sobra y hay que encontrar en qué gastar el superávit, nos permitimos el lujo de gastar en cada uniforme la modesta suma de $ 2.500, pequeñeces para un país millonario como Ecuador.

Supongo entonces, ya que el Presidente ha ordenado el uso del susodicho uniforme de hace 200 años, ¿mandará a construir una flotilla de bergantines, carabelas..., para nuestra Armada, y también solicitará a alguna compañía especializada en fabricación de armas, algunos miles de arcabuces, ballestas o el tradicional arco y flecha para estar a tono con los uniformes?

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¿Seremos la envidia del resto de países del mundo y seguramente todos querrán imitarnos?

Lourdes Meloni de Rojas
Guayaquil