La drogadicción o adicción a las drogas es una enfermedad crónica, progresiva, reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lleva a la cárcel, al hospital y a la muerte.

Los que reconocen que tienen una enfermedad y que esta no es un vicio, están dando un paso gigantesco hacia la recuperación. Se necesita dar un segundo, más importante, y es creer firmemente que Dios lo va a ayudar, y un tercero, que exista disposición hacia las asociaciones o grupos de recuperación con gente con la misma enfermedad, que se reúne para apoyarse en permanecer limpias.

Muchas personas se recuperan en programas (grupos) donde no se obliga a nadie a nada; ni a firmar, ni a hacer promesas. Son programas espirituales, aunque la religión, la psiquiatría y el internamiento en instituciones especializadas pueden contribuir. Ahí no interesa saber qué drogas ni qué cantidad se ha consumido, ni lo que se posea, ni lo que se haya hecho, ni con quién se relacionaba. Solo basta saber qué quieres hacer con tu problema. La ayuda es gratuita para el enfermo, sus familiares o seres queridos. ¿Por qué esperar a la muerte para salir del infierno que es consumir drogas o alcohol?

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Peter Holst Díaz
Guayaquil