Salinas se constituye en la actualidad en el único cantón de la provincia del Guayas que ejecuta un proyecto de reciclaje y procesamiento de desechos sólidos. El plan, que se ejecuta en forma parcial, sigue el modelo de la ciudad de Loja, según el director de higiene y ambiente del Municipio, Wilson Cochea.

El proceso comienza con la clasificación en los domicilios. La basura orgánica (residuos de frutas, comida, etcétera) se coloca en recipientes verdes. Lo inorgánico (papeles, plásticos, madera) en recipientes negros. Un día se recolecta lo uno y al siguiente lo otro. Los habitantes de Anconcito cumplen esta labor por ahora y los de Santa Rosa están en proceso de capacitación. Luego el sistema se extenderá a toda la zona.

La denominada planta de tratamiento de desechos sólidos está ubicada al sureste del balneario, a 2 km de Mar Bravo, donde antes era un botadero a cielo abierto.

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La basura inorgánica se coloca en unas celdas, fosas profundas y se cubre con tierra formando capas. Lo orgánico va a otras celdas donde se deja fermentar y luego se coloca en unos paneles para que mediante la lombricultura se transforme en humus, explica José Vargas, uno de los obreros dedicado a lombricultura.

El humus (tierra rica en nutrientes) se la utiliza para hacer viveros de una variedad de plantas, que actualmente se las entrega en donación a los barrios para un plan de forestación.

En la planta de tratamiento también existe un área dedicada a la agroforestería, donde se cultivan una serie de productos agrícolas. Grupos de estudiantes de la península de Santa Elena y otros sectores de Guayas llegan ocasionalmente en plan de capacitación.

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Wilson Cochea refiere que el proyecto se inició en el año 2003 y consiste en una primera parte. Requirió una inversión de $ 200 mil. Afirma que el Municipio de Salinas ejecutó los estudios de un proyecto ampliado que está en el Banco del Estado (BEDE) a la espera de la aprobación de un crédito de $ 1,3 millones para su ejecución.

Con ese presupuesto se planea comprar más carros recolectores, un incinerador de desechos y un furgón para tratamiento de desechos hospitalarios, pues -según Cochea- Salinas es uno de los ocho cantones del Ecuador que trata medianamente esos residuos.

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“Para que tenga resultado un proyecto de esta naturaleza es importante el cambio de actitud de la gente, pues ella debe iniciar con la clasificación de la basura. Si no hay ese cambio y voluntad, es imposible”, asegura el funcionario, quien refiere que en un balneario como Salinas, donde gran parte del año llegan miles de personas de diversas ciudades del Ecuador y el extranjero, la tarea de limpieza es mucho más exigente.

A diferencia de Salinas, en el relleno sanitario de Las Iguanas, en Guayaquil, no se desarrollan fases de clasificación y procesamiento.