El presidente interino iraquí Ghazi al-Yawar se  reúne este lunes con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush,  firmemente decidido a llevar a cabo elecciones en la fecha prevista, a pesar de  la violencia que recrudeció el fin de semana en Irak y los pedidos de que se  postergue. 
 
"Todavía tenemos dos meses. Deberíamos ser consistentes y mantener el  calendario tal cual está. Ello es el 30 de enero", dijo Yawar a la cadena de  televisión estadounidense NBC el domingo. 
 
Por lo menos 21 personas murieron en una serie de ataques el domingo, tras  un período de calma relativa que siguió al asalto estadounidense y de las  tropas gubernamentales contra ciudades controladas por insurgentes sunitas. 
 
En los últimos tres días, incluyendo el domingo, el rebrote de la violencia  dejó más de 90 muertos, la mayoría de ellos miembros de las fuerzas de  seguridad iraquíes, el ejército estadounidense y sus aliados. 
 
La violencia volvió a estallar este lunes, con cuatro iraquíes muertos en  tres incidentes en Irak, incluyendo una niña de nueve años en la localidad de  Baquba. 
 
El asesor especial del secretario general de ONU y hasta hace poco enviado  especial de la organización a Irak, Lajdar Brahimi, advirtió que en este clima  de violencia las elecciones no son posibles, respaldando algunos llamados de  políticos sunitas en Iraq. 
 
Los partidos iraquíes que hacen campaña también advirtieron que los  resultados podrían ser cuestionados si las elecciones se realizan sin reducir  antes la violencia. 
 
Yawar estuvo de acuerdo en que no hay "fecha sagrada" para las elecciones,  pero opinó que postergarlas sólo empeoraría las cosas. 
 
"Después de rever la situación, pienso que lo peor que se puede hacer es  posponer las elecciones. Eso le dará una victoria táctica a los insurgentes, a  las fuerzas de la oscuridad", dijo Yawar. 
 
"Le estamos pidiendo a Naciones Unidas, a toda la comunidad internacional,  que nos ayude", agregó. "No creemos que posponer las elecciones o postergarlas  solucionará el problema. En realidad prolongará la agonía para los iraquíes y  habría más resentimiento en la sociedad iraquí". 

La insurgencia no tiene el apoyo del pueblo iraquí, insistió Yawar, a pesar  de su evidente peso. 
 
"Es fuerte sin el apoyo del pueblo iraquí", indicó. 
 
"Una mayoría silenciosa" todavía necesita ser convencida "de salir del  escudo de los regímenes totalitarios y la opresión del pasado", argumentó. 
 
"No vamos a volver al tiempo del Iraq previo a la guerra después de todo",  indicó. "Con todos los altos y bajos, está mucho mejor sin el viejo régimen",  agregó. 
 
Consultado sobre qué le dirá a Bush el lunes, Yawar manifestó: "Le diré  muchas gracias, señor presidente, por toda la ayuda que hemos recibido . Le  diré que nosotros en Iraq estamos decididos a construir nuestra propia  democracia, nuestra propia democracia al estilo iraquí". 
 
"Pero también queremos que nos ayude a darle fuerza a más iraquíes para que  asuman la responsabilidad, especialmente en el sector de las fuerzas de  seguridad", señaló Yawar. 

Estados Unidos tiene previsto aumentar su presencia militar en Irak de los  138.000 militares actuales a 150.000, la mayor cantidad de efectivos desde que  declaró "el fin de los combates" tras la invasión.