Para muchos la Navidad es sinónimo de regalo, por eso se afanan por entregar un presente a ese ser querido como queriendo decirle: te recuerdo, eres especial para mí... Y a veces nos metemos en ciertos líos al endeudarnos.

Gastamos lo que tenemos tratando de encontrar el regalo perfecto, o salimos a comprar sin haber definido qué, y perdemos un tiempo precioso y más escaso que nunca por estas épocas.

Dé algo diferente, no caro, pero que sea valioso para el que lo recibe y para usted: Regale compañía. Casi todos tenemos algún familiar anciano solitario, o un amigo a quien le agradaría recibir una visita amena, o invitación a pasear, tomar un helado, pasar toda una tarde conversando o viendo alguna película en su casa.

Publicidad

Regale ayuda. Por ejemplo, ofrezca arreglar la casa de su mamá o tía, o llevarle un detalle decorativo artesanal.

Regale tiempo. Renuncie a la novela de las noches y póngase a jugar con sus hijos, a charlar con su pareja, vayan todos juntos a la iglesia, no esperen solo la misa del Gallo por Navidad; oren juntos en familia, lean la Biblia, comenten lo leído; regale detalles como escribir una carta a una amiga, pariente, o preparar el desayuno a la esposa.

Dé regalos de alma. Regale perdón; no hay nada más triste que guardar rencor; reconcíliese con ese hermano, amigo, vecino, compañero, siendo valiente en dar el primer paso.

Publicidad

Lcda. Rosalba Muñoz Coello
Salitre