El pueblo ecuatoriano aún no conoce a fondo las ventajas, desventajas, o la mortaja que le espera con la firma de un tratado a priori, que puede acabar con el trabajo de sustancia del hombre trabajador de la ciudad y del campo.

Hasta la fecha es limitada la información, solo se han destacado aparentes “beneficios” del Tratado de Libre Comercio (TLC), para ocultar la realidad que vivirá el pueblo, por la pobreza, y los trabajadores informales o explotados por las transnacionales de Estados Unidos; como lo vive México, y muy pronto Costa Rica y demás países centroamericanos y de la región andina.

En Costa Rica y México se prometieron más y mejores empleos con el TLC con los Estados Unidos. En México, las exportaciones se triplicaron, pero se concentraron en el sector manufacturero, en productos industriales; se atrajo la inversión extranjera, sin embargo, la tasa de crecimiento económico por habitante es de apenas 0,98%, porque las inversiones extranjeras importan la gran mayoría de la materia prima para volver a exportar.

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En Costa Rica, la zona franca apenas compra en el país el 7% de lo que necesita para producir. Todo lo demás lo importa para luego volverlo a exportar; el empleo cayó, y en el sector agrícola la proporción de trabajo bajó del 27% al 18%.

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Guayaquil