Hasta ayer, las 89 personas que buscan al pintor Mario Montero Lecaro, de 31 años, perdido hace siete días en la isla Santa Cruz, no lo encontraban.

Las cuadrillas de rescate compuestas por miembros de la policía ambientalista, empleados del Parque Nacional Galápagos, colonos, amigos y familiares de Montero, se han adentrado en la parte alta de la isla donde en esta época llueve mucho.

Según unos cazadores de la zona, el jueves pasado se escucharon gritos de auxilio que podrían ser del pintor desaparecido.

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Los gritos de auxilio que escucharon el jueves pasado unos cazadores entre la maleza del sitio Palmitas, en la parte alta de Santa Cruz, renovó las esperanzas de hallar al pintor Mario Montero, de 31 años, perdido desde el fin de semana en Puerto Ayora.

Juan Carlos Amador, amigo del artista guayaquileño que viajó hace más de dos semanas a la isla para ubicar paisajes y especies terrestres para plasmarlos en sus cuadros, dijo que es la segunda ocasión que se escuchan gritos por ese sector, por ello se ha intensificado la búsqueda ahí, pese a que llueve constantemente y está muy crecida la maleza.

Hasta ayer, ocho cuadrillas integradas por 74 personas en total y dirigidas por la policía ambiental y guías del Parque Nacional Galápagos, buscaron en varios sectores, sin éxito.

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Amador señaló que un helicóptero de la Capitanía del Puerto de Santa Cruz recorre las áreas no pobladas de la isla, para tratar de ubicar al desaparecido y que los familiares de Montero ofrecen una recompensa de $ 3.000 a quien lo encuentre o aporte pistas para hallarlo.

Este incentivo ha llevado a que varios colonos y grupos de cazadores se unan a la exploración. Su ayuda es muy importante porque conocen el área y pueden guiar a los demás para que no se pierdan o sufran accidentes, indicó un guardaparque.

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A este grupo se unieron 15 personas que viajaron ayer de Guayaquil a Puerto Ayora. Entre ellas están amigos y familiares del artista que no pierden las esperanzas de encontrarlo.

También se ha abierto una cuenta bancaria para recibir contribuciones para cubrir parte de los gastos de la búsqueda, entre los que están movilización, alimentos, linternas, luces de bengalas, agua, botes, repelentes, carpas, entre otros.

Los trabajos de exploración han alterado un poco la calma en la isla y hay interés de sus habitantes por conocer qué pasó con Montero.