En el Centro de Convenciones de Tucson (al sur de EE.UU.), el tema agrícola marca caminos diferentes para Ecuador, Colombia y Perú. Los tres países negocian por separado.

Estados Unidos exige la eliminación de la franja de precios andina (sistema que sirve para proteger a los productos nacionales de la variación de precios de bienes importados) y plantea como opción la utilización de cupos y salvaguardias.

Aunque la estrategia de mantener reuniones aisladas ya se aplicó en las dos rondas anteriores (Guayaquil y Puerto Rico), en Tucson es más evidente.

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Por los pasillos y en el “cuarto adjunto”, donde se reúnen los representantes de los sectores privados, se puede observar a los empresarios de un país esperando los resultados de los negociadores del otro.

La primera reunión se realizó el martes, con Perú. Ayer, el cronograma siguió con Colombia y luego, al final de la jornada, con Ecuador.

“EE.UU. no quiere ceder”, dijo una fuente del gobierno ecuatoriano, luego de escuchar el balance del equipo peruano.

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Las estrategias de cada país se mantienen en reserva, pero existe malestar entre los empresarios por el poco tiempo que cada país andino tiene para exponer sus puntos de vista ante los negociadores estadounidenses. Están previstas dos sesiones por cada país.

Cristian Espinosa, negociador ecuatoriano, sostuvo –sin embargo– que no hay un fraccionamiento de la posición andina, pues existen –dijo– temas particulares que obligan a un tratamiento específico.

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Para Marco Vinicio Ruiz, asesor del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), quien participó en las negociaciones de Centroamérica con EE.UU., los andinos se muestran más cohesionados que los centroamericanos en su negociación.

Esa visión no coincide con la empresarial. Freddy Bustamante, del sector ganadero, comentó: “Todo depende de Colombia. Allí se verá si estamos juntos”.