Marc Castellet Puig, un catalán de 34 años, fotógrafo profesional, no cesa de preguntar sobre Ecuador.

La presencia de miles de ecuatorianos en su ciudad natal de Terrassa, lo  motivó a conocer sobre el país de origen de ellos.

Él representa el tipo de españoles abiertos a nuevas culturas y que acepta gustoso a los inmigrantes.

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Su sueño es trabajar un tiempo en Ecuador y recorrer América Latina.

Otros españoles también comienzan a interesarse en Ecuador, pero por otros motivos: están enamorados de ecuatorianas y piensan casarse.

Es el caso del madrileño Marco Antonio Fuentes Gómez que quiere conocer Manabí, la tierra de su novia Lady Loor Ponce.

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La integración de parejas de ambos países permite valorar la costumbre europea de que los hombres se valen por sí mismo.

Por el hecho de que aprenden a ser independientes, saben arreglar la casa, cocinar, lavar la ropa, compartir responsabilidades en el hogar.

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Las ecuatorianas se quejan porque en Ecuador la mayoría acepta la poca participación de los hombres en el hogar como algo natural. Hasta en esto la inmigración va a cambiar las costumbres sociales y la forma de criar a los hijos.