El príncipe Enrique de Inglaterra regresó ayer en forma anticipada a Londres, tras permanecer doce días en una casa de  campo de la ciudad de Lobos,  al sudoeste de Buenos Aires, donde  realizó salidas nocturnas que mantuvieron en vilo a sus custodios de la  Scotland Yard.

Enrique, tercero en la línea de sucesión de la corona británica, abordó un  vuelo de la compañía British que partió en las primeras horas de la tarde de ayer, dijo una fuente del aeropuerto internacional de Ezeiza, al sur.

Vestido con jeans y una camisa sport, el nieto de la reina Isabel  permaneció unos minutos en el salón VIP del aeropuerto de Ezeiza y luego se  embarcó en la primera clase del avión de la compañía británica. La prensa local indicó que el joven, de 20 años, había realizado varias  salidas nocturnas en busca de diversión durante su estadía en Lobos, incluso  sin avisar a sus custodios. El príncipe se escapó de la estancia El Remanso, en la que  estaba alojado, para ir con frecuencia a los bares nocturnos de Lobos, una  localidad de 34.000 habitantes.

Publicidad

Enrique terminó algunas de esas veladas “en un estado lamentable”, dijo la  prensa local, al citar como fuente a la Policía de la provincia de Buenos  Aires, que se encargó de la custodia de la parte exterior del campo de 17  hectáreas.  En una de las escapadas, Harry salió del campo a bordo de una moto y fue  perseguido por cuatro custodios de Scotland Yard.

El príncipe  vino a pasar una temporada en Argentina para tomar distancia de  algunos escándalos, entre ellos una pelea con un fotógrafo al que le partió un  labio.

NOTAS

Publicidad

Ida anticipada
Harry tenía previsto perfeccionarse en la  técnica del polo y su regreso estaba previsto para Navidad, pero lo anticipó al parecer porque no pudo mantenerse alejado de la vida nocturna.

Preocupación
Las salidas de Enrique crearon mucha preocupación entre los quince policías  asignados a la custodia de la parte exterior del campo ‘El Remanso , su lugar  de alojamiento.