El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recibió ayer  en su hacienda en Texas a los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y expresó que ese país continuaba siendo un “buen amigo” pese a las diferencias con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por Iraq.

“España es un gran país y un buen amigo”, dijo Bush a los periodistas cuando se le preguntó qué señal enviaba al invitar a los reyes a una codiciada visita a su hacienda.

Las relaciones entre España y Estados Unidos sufrieron un revés cuando el presidente Zapatero retiró las tropas españolas de Iraq  después de  tomar posesión del cargo en abril pasado.

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Zapatero se puso en contacto con Bush poco después de las elecciones presidenciales del 2 de noviembre. Lo llamó para felicitarlo por su victoria electoral. Pero Bush no ha devuelto la llamada. Envió al representante del ejecutivo español una breve nota de agradecimiento.

Funcionarios de la Casa Blanca indicaron que el problema es hallar un momento adecuado para que ambos  hablen. Pero el retraso es ampliamente considerado en los círculos diplomáticos como un desaire de Washington por la retirada de las tropas de Iraq, que Bush dijo que alentaba a los “terroristas”.

Tres horas duró el encuentro “privado”, según ha insistido la Casa del Rey en los últimos días, al que se unieron los padres del presidente, el ex gobernante George Bush y Bárbara.  En el almuerzo se sirvió el menú  de Acción de Gracias: pavo asado.

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Con Aznar
George W. Bush era un estrecho aliado del ex presidente español, José María Aznar. Ambos se reunieron en la Casa Blanca este mes.

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El Mandatario estadounidense  habló con el presidente francés, Jacques Chirac, y con el canciller alemán, Gerhard Schrôeder, principales críticos de la guerra en Iraq.