Líder opositor pro occidental Viktor Yushchenko se autoproclamó presidente y llamó a la desobediencia.

El candidato de la oposición en las polémicas elecciones ucranianas Viktor Yushchenko desafió ayer al gobierno al declararse  a sí mismo como nuevo presidente del país, advertir que el país balcánico está al borde de una guerra civil y pedir el apoyo de la Policía y el Ejército.

Los resultados oficiales, tras contarse el 99,48% de las mesas electorales, afirman que el actual primer ministro Viktor Yanukovich, candidato apoyado por Rusia, supera a Yuschenko por 49,39% a 46,71%.

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Pero encuestas a boca de urna indican que Yushchenko ganó por amplio margen, incluso el eurodiputado holandés Thijs Berman, observador internacional, denunció un fraude en el que “hubo electores que votaron hasta 40 veces”.

Yushchenko prestó juramento simbólico en un parlamento sin quórum en el que solo estaban legisladores de oposición.

Mientras, unos 200 mil de sus partidarios exigían en las calles la anulación de los comicios y luego se dirigieron anoche hacia la sede de la presidencia ucraniana en Kiev, pero fueron detenidos por cinco mil hombres de las fuerzas especiales y de la Policía.

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Varias ciudades acogieron un pedido de Yushchenko de iniciar una campaña de desobediencia civil y las asambleas municipales de Lviv, Ivano-Frankivsk, Vinnytsia, Lutsk, Jemelnitski, en el oeste de Ucrania, así como las de la capital Kiev se negaron a reconocer los resultados de las  elecciones.

Pero el parlamento de la región de Crimea (sur),  cuyos habitantes son en su mayoría de habla rusa, advirtió anoche de “una amenaza real de división del país” y apoyó a Yanukovich.

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El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció la victoria de Yanukovich y advirtió a la Unión Europea y la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que sus cuestionamientos a las elecciones son “inadmisibles”,  mientras Estados Unidos reiteró las amenazas de sancionar a Ucrania si las acusaciones de fraude no se investigan y solucionan.