Un grupo de trabajadores de la empresa Molinos Poultier, despedidos el lunes pasado, permaneció ayer afuera de las instalaciones de la compañía para protestar en contra de la medida laboral.

El lunes, los 167 empleados de la empresa, propiedad de Álvaro Noboa, no pudieron ingresar a su lugar de trabajo. La inspectora de Trabajo de Cotopaxi, Ivonne Navas, les informó –luego de reunirse con funcionarios de la compañía– que habían sido despedidos y que, posiblemente, un 70% (cerca de 120) será contratado nuevamente, a través de una tercerizadora.

Germánico Guamangallo, dirigente de los trabajadores, argumentó ayer que, meses atrás, los empleados efectuaron un reclamo porque presumían que había irregularidades en el pago de utilidades. Exigían la firma de un nuevo contrato colectivo.

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En la Inspectoría de Trabajo están los cheques con las respectivas liquidaciones; no obstante, la mayoría de trabajadores expresó su desacuerdo con los montos.

Según la dirigencia, un empleado con 17 años de trabajo recibiría $ 5.100.

Patricio Eastman, gerente de la empresa, manifestó –telefónicamente– que no hará declaraciones y que él determinará el momento y la persona que ofrecerá la versión de la compañía.