Solo es un accidente de tránsito “más”, y pasa a las páginas interiores en pequeños artículos de prensa, y al olvido en las estadísticas sangrientas y hasta la fecha inservibles.

¿Hasta cuándo la sociedad ecuatoriana permanece inconmovible a las noticias cotidianas de que otro “accidente” se dio en las vías del país, segó las vidas de tantas personas y dejó heridas a muchas más?

Nos convertimos en cómplices silenciosos de toda esa enorme masa de “profesionales” del volante que huyen de las escenas de los accidentes que provocan; causan desaparición física de seres, sin contar las consecuencias que pueden sufrir otras personas que soportan traumas físicos, psíquicos, y la destrucción de las familias de pasajeros que abordan esas unidades.

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El artículo 12 de Control y Vigilancia del Transporte Terrestre indica que la transportación terrestre, pública o privada, de personas y bienes, goza de “la protección del Estado, quien ejercerá el control... para su adecuada prestación en condición de seguridad y calidad; y, toda violación a sus normas será sancionada por esta Ley...”.

Debido al alto índice de accidentes se deben implementar sistemas de control obligatorios al menos para buses, vehículos de carga peligrosa, y transporte pesado. Iniciemos una cruzada para cambiar la historia en memoria de tantas víctimas que se fueron (murieron), por las que se quedaron a sufrir las consecuencias impunes, y las muchas que vendrán si no hacemos algo urgente.

Diego León Baquero
Guayaquil