El pueblo quiere trabajar para mitigar el hambre, la sed y las enfermedades, porque la pobreza se la combate con nuevas plazas de empleo.

Señor Presidente, no queremos chulqueros explotadores de nuestras empresas que ya están produciendo; no queremos inversionistas como el Fondo Monetario Internacional que nos presta plata para que lagartos de siempre se la lleven con cualquier pretexto.

Queremos inversionistas, que inviertan en maquinarias,  herramientas, tecnología, agroindustrias, destilerías, metalúrgicas; en viviendas, líneas y vías de transporte como es el ferrocarril.

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Ing. Ind. Galo Chamba Torres
Durán

Uno de los principales objetivos de nuestra legislación laboral es proteger a quienes por su necesidad de trabajar, como único medio de supervivencia, a más de su condición de subordinación, se encuentran sometidos y en cierta forma indefensos ante la voluntad de quienes requieren de sus servicios a cambio del pago de una remuneración.

No obstante, en este gran grupo de trabajadores hay otro, el que demanda mayor atención laboral: mujeres en estado de gestación y lactancia y niños.

Nuestra Carta Política, frente a esta realidad, establece como deber del Estado brindar protección y todos los medios necesarios para el correcto desempeño de la mujer y los niños como imprescindibles elementos del hogar tanto como entes productivos en la sociedad.

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El Código del Trabajo establece garantías básicas que deberán considerarse ante una relación laboral de esa naturaleza.

Aparentemente nada hace falta, contamos con las herramientas para alcanzar los objetivos, pero, ¿nos hemos preguntado si todo ese conjunto de normas llegan a aplicarse? La respuesta es: en excepcionales ocasiones.

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 ¿De qué sirven decenas de derechos y garantías si estos no dejan la abstracción propia de las ideas para adquirir la concreción de los hechos?

Mariela Alejandro Moreno Vaca
Guayaquil

Migré del país para mejorar mi condición de vida; estaba sin trabajo, sin plata.

Hoy quisiera poder pagar las deudas para un día no tan lejano volver al Ecuador y poner algún negocio.

Quiero a mi patria y me entristece estar separado de ella, me duele la situación de caos que parece no mejorar allá.

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Ana Ruiz
Valencia, España

¿Por qué siempre tiene que ser así? ¿Acaso muchos ecuatorianos tendrán la culpa de buscar alimento y un trabajo digno?

Es realmente una pena  ver la dura imagen que cada migrante vive y a quienes les queda una esperanza de que algún día esperan regresar a Ecuador, algunos solo de visita, porque ya han establecido su vida en las diferentes metrópolis del extranjero.

Pareciera que los gobiernos han encontrado una “salvación” a su difícil liquidez, pues ahora resulta rentable “expulsar” a unos cuantos desempleados, y a cambio obtiene buenas divisas.

Miguel Ángel García Wong
Guayaquil