Cuando en la época de oro del petróleo ecuatoriano, alguien dijo que se debía “sembrar petróleo”, los gobernantes de ese entonces  no entendieron el mensaje; por eso nuestro país no aprovechó el enorme recurso natural que nos hubiera puesto, a estas alturas, en la vía del desarrollo económico y cultural.

La idea de “sembrar” era de que se invierta en mejorar la producción agrícola, para no tener siempre que subsistir del petróleo que es agotable.

Ahora se nos presenta una nueva oportunidad con el mismo recurso, al haberse elevado a precio récord su comercialización internacional, que está generando mayores divisas a la economía de la nación, y debería empezar la “siembra” dotando escuelas rurales que sean grandes institutos de aprendizaje agropecuario ubicados en el agro, con textos, herramientas, ganado, aves; técnicas modernas; aulas y tierras para estudios; caminos vecinales.

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Alicia Orrala Cabezas
Guayaquil