Doce guerreros, diez de ellos decapitados, fueron hallados en el interior de una de las pirámides del sitio de Teotihuacán (50 km al noreste de la capital mexicana), anunció un equipo de arqueólogos.

“El conjunto central de la tumba es sensacional y es el único que conocemos en toda Mesoamérica” de estas características, señaló el arqueólogo japonés Saburo Sugiyama, miembro del equipo multinacional que trabaja en Teotihuacán desde hace seis años.

Se trata del hallazgo más importante desde que los arqueólogos empezaron a explorar en 1998 el corazón de la Pirámide de la Luna, patrimonio cultural de la Humanidad.

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“Hay sólidas evidencias del sacrificio masivo de individuos, todo parece indicar que eran extranjeros y militares”, explicó el arqueólogo Leonardo López Luján.

La fecha del entierro de los guerreros es de los años 250 a 300 de nuestra era, según las pruebas realizadas.

El hallazgo vuelve a confirmar que la cultura teotihuacana, que se desarrolló por etapas entre los años 1 y 650 de nuestra era, tuvo una connotación claramente guerrera, y no simplemente religiosa, como se creía durante buena parte del siglo XX.

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Teotihuacán llegó a ser habitada por unas 85.000 personas y a extenderse sobre 3.500 hectáreas en el altiplano del centro de México.

De los doce guerreros hallados en esta nueva excavación, los diez decapitados parecen ser militares de inferior categoría, ya que se encuentran amontonados.

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Los otros dos tienen un punzón de jade muy fino entre los omóplatos, quizás simbolizando un sacrificio humano más importante.

Los arqueólogos creen que estos hallazgos confirmarían la teoría de que Teotihuacán, cuyo origen y decadencia siguen siendo un misterio, tuvo contactos con otras culturas mesoamericanas, siglos antes de la llegada de los aztecas.