Andrés Negri dijo que se presentará un documento que demuestra que la píldora Postinor 2 es abortiva.

María, José, Miguel, Lucas, Juan, Mateo, Job, Issac y Abraham fueron los nombres con que se bautizó a nueve niños que fueron abortados y que ayer recibieron sepultura en el Parque de la Paz.

El Movimiento Mariano Armada Blanca se encarga de estos sepelios tres veces al año y su principal objetivo es hacer oraciones para interceder ante Dios por la conversión de las personas involucradas en el aborto. Este movimiento nació en Italia, pero desde 1985 está en el país.

Publicidad

La misa que se realizó en el minipanteón del Parque de la Paz duró 15 minutos y contó con la presencia de voluntarios del movimiento, quienes rezaron el rosario y algunos, como Adriana Avendaño, lloraron por los niños no nacidos. Avendaño manifestó que fue invitada por Andrés Negri, miembro del Movimiento Armada Blanca. “Yo en mi país (Chile) trabajo hace cinco años brindando ayuda espiritual a mujeres que han cometido este error”.

El padre colombiano Camilo Hoyos presidió la misa, justo donde reposa el monumento de María, madre de los niños no nacidos, que refleja la petición y conversión de los padres y médicos que participan en el aborto, según dijo el sacerdote.

Hoyos bendijo tres cajas pequeñas donde reposaban los restos de los cuerpos y que estaban adornadas a su alrededor con flores artificiales y naturales.

Publicidad

En la ceremonia del sepelio intervino Roxana Muñoz, quien fue la encargada de colocar las cajas en un agujero de 25 centímetros de profundidad, aproximadamente.

Con este sepelio llegan a 65 los niños no nacidos que reposan en Parque de la Paz.

Publicidad

Negri comentó que mañana el Consejo Nacional de Laicos presentará un documento científico que demuestra que la píldora Postinor 2, conocida como ‘del día después’ es un abortivo y el sepelio de ayer era un motivo para condenar su venta, dijo.

Mientras tanto, juristas afirmaron ayer que la píldora “del día después” sí puede comercializarse en el país.

Gil Barragán Romero explicó que el producto está aceptado legítimamente por el Instituto Nacional de Higiene, de manera que cumplió con las exigencias de la ley.
El constitucionalista Luis Antonio Arzube también aseguró que el fármaco puede seguirse comercializando, hasta que el Tribunal Constitucional (TC) no emita una resolución definitiva sobre la suspensión de su venta o distribución.