El arquero de Ecuador fue importante en la victoria ante Brasil, ayer.

La ocasión anterior que Ecuador le ganó 1-0 a Brasil, el 28 de marzo del 2001, en la eliminatoria rumbo al mundial de Japón y Corea 2002, el arquero José Francisco Cevallos agradeció al cielo por aquella victoria.

Ayer le tocó a Edwin Villafuerte agradecer por un triunfo ante Brasil, con sus manos apuntando al firmamento.

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Villafuerte estuvo acompañado en Quito de su esposa, Ingrid Macías, quien fue su mayor apoyo moral en las horas previas al juego frente a los pentacampeones del mundo.

Los hijos del arquero, Alberto (de 7 años) y Sebastián (1), permanecieron en Guayaquil bajo el cuidado de su abuela materna, Maritza Valverde de Macías.

En la casa de Villafuerte en Guayaquil, ubicada en Sauces II, se vivió con nerviosismo cada instante del partido.

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Cada vez que Villafuerte desviaba una pelota que parecía que entraría en el arco de Ecuador, el pequeño Alfredo se tomaba la cabeza, mientras que Sebastián solo repetía: “¡Papá... papá... papá!”, sin tener conciencia de lo que ocurría.

La familia de Villafuerte nunca dejó de estar nerviosa, y gritaban cada vez que Ronaldo y Ronaldinho merodeaban la zona defendida por el portero de Barcelona.

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Cada vez que los comentaristas de televisión nombraban a Villafuerte, la suegra del guardameta subía el volumen para que el nombre se escuchara más alto en Sauces II.

Lo único que alarmó a la familia fue el asalto que sufrió la cónyuge de Villafuerte, antes de iniciarse el encuentro, afuera del estadio Atahualpa.

Al final del partido, los pequeños se abrazaban con su abuela y gritaban el nombre de su papá. El hijo mayor de Villafuerte explicó que le “gusta jugar al fútbol en cualquier parte, menos en el arco”, explicando que no le gustaría ser portero como su padre.

Bien ubicado
Según su compañero de equipo y de concentración en Barcelona, Geovanny Francisco Camacho, Villafuerte “estuvo bien ubicado, seguro. Se arriesgó saliendo en los centros de los brasileños que son peligrosos. Lo más importante fue que le dio tranquilidad al equipo”, indicó el joven portero barcelonés consultado por Diario EL UNIVERSO.

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“Siempre nos reunimos junto con José Francisco (Cevallos) y analizamos nuestros errores y el de los demás porteros, y eso nos ha ayudado bastante”, agregó.