El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó este jueves la violencia continuada en Darfur (al noroeste de Sudán) al inicio de su reunión en Nairobi, la cuarta que celebra fuera de su sede neoyorquina en treinta años.
 
El presidente del Consejo, el estadounidense John Danforth, afirmó que "los miembros del Consejo condenan las violaciones de los derechos humanos y las leyes humanitarias, como ataques a civiles y violencia sexual, que están siendo perpetrados por todas las partes en Darfur".
 
Danforth agregó que el Consejo está "preocupado por el deterioro de la situación de seguridad y humanitaria" confirmado por los informes del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
 
Annan, por su parte, deploró que "tanto el Gobierno de Sudán como sus milicias, así como los grupos rebeldes han violado los acuerdos de alto el fuego" firmados en abril en Yamena (Chad) y afirmó que esto ha hecho el trabajo de las agencias humanitarias "muy difícil, si no imposible"
 
La guerra en Darfur ha enfrentado desde febrero de 2003 al Ejército sudanés y las milicias Yanyauid, aliadas de Jartum, con dos grupos rebeldes que se rebelaron en protesta por la marginación y el abandono de su región.
 
Desde entonces, Darfur se ha convertido en uno de los peores desastres humanos actuales, con más de 70.000 muertos y 1,6 millones de desplazados, según las últimas cifras de la ONU.
 
La situación en Sudán está centrando los debates del Consejo, que debe adoptar mañana, viernes, una nueva resolución al respecto.
 
El Consejo ya ha pasado dos resoluciones sobre Sudán, amenazando con tomar medidas si Jartum no garantiza la protección de la población y desarma a las milicias Yanyauid, acusadas de cometer gran parte de las atrocidades, pero ambas contaron con la abstención de los miembros permanentes China y Rusia.
 
La reunión de Nairobi tiene un alto valor simbólico, ya que no es habitual que el Consejo de Seguridad salga de su sede en Nueva York, algo que desde 1952 ha hecho en sólo otras tres ocasiones: en 1972 en la capital etíope, Addis Abeba; en 1973 en Panamá, y en 1990 en Ginebra.
 
Sin embargo, la importancia de este gesto puede quedar empañada por una nueva resolución que no contemple medidas más contundentes, una vez constatado que la situación no ha mejorado y los abusos continúan.
 
De momento, el borrador de resolución que puede ser aprobado mañana no presenta grandes novedades, no incluye la palabra sanciones, y el párrafo más conflictivo, del que hay tres versiones entre corchetes, habla de "tomar medidas o considerar tomar medidas contra las partes que incumplan sus compromisos".
 
La sesión inaugural contó, por otro lado, con múltiples llamadas a la rápida firma de un acuerdo de paz que ponga fin a la otra guerra que ha padecido Sudán desde 1983, la que ha enfrentado al régimen árabe de Jartum con los rebeldes del sur, donde la población es animista o cristiana.
 
Annan señaló que la resolución de este conflicto "añadiría peso e ímpetu a la búsqueda de un acuerdo en Darfur".
 
Conversaciones celebradas en Kenia desde 2002 han dado como fruto seis protocolos firmados por ambas partes que incluyen la celebración de un referéndum de autodeterminación para el sur tras una transición de seis años, el reparto al 50 por ciento de los beneficios del petróleo entre norte y sur, y fórmulas para compartir el poder político.
 
Desde la firma el pasado mayo del último acuerdo, sólo falta que se redacte un alto el fuego definitivo y se detallen las modalidades para poner en práctica todos los protocolos para que la guerra en el sur termine.
 
El líder del Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), John Garang, reiteró su compromiso "con una solución pacífica a todos los problemas de Sudán" y pidió al Consejo que respalde en su resolución los acuerdos logrados hasta ahora y establezca que son vinculantes y no renegociables bajo ninguna circunstancia.
 
El vicepresidente sudanés, Ali Osman Taha, indicó que la reconstrucción tras la paz costará al menos 1.800 millones de dólares, y pidió a la comunidad internacional asistencia financiera para costearla.
 
El EPLS y Gobierno suscribirán mañana un Acuerdo de Entendimiento comprometiéndose a firmar la paz antes de fin de año.