Monseñor Josef Heissenberger, vicario episcopal de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Guayaquil, y Nelly Moreno de Jaramillo, ambos miembros de la Veeduría de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción, reiteraron ayer que “nunca hubo el asalto a la farmacia Fybeca, sino un cita concertada para asesinar a esas personas”.

Heissenberger indicó que “lo grave y decepcionante es que ningún juez civil asume la responsabilidad para defender a las viudas y las familias de los inocentes. A todos (muertos y desaparecidos) se los declara como delincuentes”.

Nelly de Jaramillo indicó que el informe que entregaron se basó en una investigación seria, imparcial y transparente. “Nos entrevistamos hasta con los autores de la masacre y ellos respondieron con un show, montaron un espectáculo y mencionaron sobre las pisadas de los delincuentes”.

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Moreno afirmó que nunca pudieron hablar con los empleados de la Fybeca, porque se lo impidieron.