Empresarios del sector indicaron ayer  que la decisión del Comexi es de carácter político.

Tres productores de sal doméstica del Ecuador rechazaron ayer la decisión que el Consejo de Comercio Exterior e Inversiones (Comexi) adoptó el 5 de noviembre pasado y que permite abrir la importación de este producto.

Nicolás Febres-Cordero, propietario de Ecuasal,  la mayor productora de sal, y hermano del diputado socialcristiano León Febres-Cordero, comentó que hay suficiente oferta para la demanda nacional y que la decisión del Comexi es política.

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Uno de los temores de los directivos de Ecuasal, Dismacorp y Jueza S.A, es que con la apertura el Ministerio de Salud no pueda ejercer los controles al producto extranjero.

El ministro de Agricultura, Leonardo Escobar, indicó que la decisión es un requisito para el  TLC.

Los principales productores de sal doméstica del país coincidieron ayer en que no es necesario abrir la importación de este producto por ahora, como lo aprobó el Consejo de Comercio Exterior e Inversiones (Comexi), el pasado 5 de noviembre, mediante resolución 283.

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Pablo Calle, gerente de ventas de Jueza S.A., cuyo producto es Sal Pacífico, comentó que la apertura provocará una reducción del trabajo, especialmente a nivel de los pequeños productores. Además, indicó, actualmente la producción es suficiente para la demanda del país.

“Se puso una salvaguardia (restricción para importar) hasta el 2006, pero en vista de los problemas políticos se abre el mercado”, comentó.

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La resolución del Comexi deja sin efecto una anterior, la 274 de septiembre de este año, en donde se prohibió importar sal hasta el 31 de diciembre del 2006.

Esa medida debería ser revisada cada diciembre y el Ministerio de Salud emitir un informe.

La resolución de septiembre, ya sustituida, pretendía dejar fuera de la prohibición a otros tipos de sal, de uso industrial; sin embargo, la limitación se aplicó a todo tipo de producto.

La decisión del Comexi del 5 de noviembre justifica que, debido a varios paros en los ministerios de Salud y de Comercio Exterior, esa norma no entró en vigencia y los obstáculos a la importación de sal doméstica afectaron también a otros tipos de sal.

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El propietario de Ecuasal, la mayor productora del país con su producto Cris Sal, Nicolás Febres-Cordero, comentó que en el Ecuador siempre hay exceso de sal de consumo doméstico, pues se producen 120.000 toneladas anuales y la demanda es de 80.000 toneladas métricas; no es necesario importarla, dijo.

Febres-Cordero, quien es hermano del diputado socialcristiano León Febres-Cordero, indicó también que es evidente que la decisión del Comexi es de tipo política.

“Han encontrado la manera de molestar al apellido. Es una retaliación política en contra de toda mi familia”, sostuvo el empresario.

Danilo Molina, propietario de Dismacorp, productora de Mar y Sal, sostuvo -entre tanto- que sus trabajadores se quedarán sin empleo con la apertura de la importación de sal.

“Estamos sobreabastecidos. Hay exceso de producción debido a que en el invierno pasado casi no llovió. No es necesario importar”, agregó.

Los productores temen que al liberar el mercado, el Ministerio de Salud Pública no pueda controlar la composición de las sales importadas y esto puede generar un peligro para el rebrote de enfermedades como el bocio o cretinismo, que fueron controladas mediante programas a nivel nacional, especialmente en poblaciones indígenas, con el yodo que contiene la sal.