El Gobierno estadounidense tiene en la zona puestos de control antidrogas y de ayuda militar.

El interés de Estados Unidos en materia de seguridad apunta a consolidar la cooperación de los países de la región para contrarrestar lo que considera sus amenazas: el narcotráfico y el terrorismo, según analistas.

“Lo que se pretende es llegar a una convergencia política en materia de seguridad, primero para modificar los esquemas de cómo trabajan los ejércitos de cada país en función de objetivos regionales, por ejemplo, la lucha contra el terrorismo”, sostiene Grace Jaramillo, analista internacional.

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Dentro de ese esquema, el combate contra las drogas se ha convertido en el contexto en el que se mueven algunas de las estrategias de seguridad de EE.UU. para la región.

Los Puestos Avanzados de Operaciones (FOL, por sus siglas en inglés), que Estados Unidos mantiene en países de Centroamérica y Ecuador, por ejemplo, son parte de convenios de cooperación bilateral que el gobierno estadounidense ha conseguido para avanzar en su objetivo antidrogas.

Diseñados para dar apoyo logístico a las operaciones antinarcóticos, los FOL ubicados en El Salvador, Ecuador, Aruba y Curazao han ayudado a la confiscación de aproximadamente 71.928 kilogramos de drogas ilegales, cuya comercialización en el mercado hubiera rendido $ 3.300 millones, según un reporte de la embajada de EE.UU. en Ecuador.

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Pero la presencia militar estadounidense en los FOL ha provocado reacciones en los movimientos activistas. En Manta, miembros del Movimiento Tohallí aún muestran su desacuerdo con el convenio que firmó Ecuador en 1999 para la instalación del FOL en la Base Aérea de Manta.

El ex vicecanciller Mario Alemán enfatiza que Estados Unidos marca su propia agenda y quiere incorporar a América Latina a sus intereses en torno al combate al terrorismo y el narcotráfico. Explica que dentro de ese interés Colombia es una de las naciones que más concita la atención por la narcoguerrilla de este país; y Ecuador, por ser fronterizo no está exento a la estrategia. “Obviamente se trata de regionalizar el conflicto colombiano”, indica Alemán.

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Venezuela tampoco escapa al interés de Estados Unidos, aunque en este país se ha “cortado en cierta medida la línea de cooperación estratégica”, afirma Jaramillo.

Un informe de la misma embajada estadounidense en Caracas dice que el conflicto político interno “distrajo la atención del gobierno de Venezuela del programa internacional de control de narcóticos durante el 2002”. 

“A Washington también le interesa la situación de Venezuela, porque recibe de allí el 15% de sus importaciones de petróleo”, añadió el presidente del Centro de Estudios Nueva Mayoría de Argentina, Rosendo Fraga.