Los números no lo dicen todo, pero algo dicen. El canal que acaparó la mayor cantidad de nominaciones a los premios ITV este año, fue el gran derrotado a la hora de la entrega de trofeos. TC Televisión tenía candidato propio en 18 de las 21 categorías; no uno, sino dos y hasta tres candidatos por categoría: 28 en total.
A la hora del té, recibió solo cuatro premios. Ecuavisa, en cambio, se llevó 14 de los 20 a que aspiraba. Las cifras son tan aplastantes que se hace difícil imaginar que el jurado, compuesto por representantes de cada canal más dos personalidades extranjeras, no actuó aquí con clara conciencia del mensaje que estaba enviando.

Hay que reconocer que el jurado hizo esfuerzos por mantenerse alejado del sensacionalismo, el morbo, la bulla, la cursilería y el verso. Es obvio que TC Televisión resulte ser el principal damnificado de ese empeño.

Aunque su derrota en las categorías de noticias es total (Ecuavisa se llevó seis premios de seis), la infringida a su departamento de producción dramática es más dolorosa.

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En este rubro (drama y comedia) TC Televisión tenía dos nominaciones por categoría (12 de un total de 15), pero se tuvo que conformar con ver premiadas a sus actrices mientras todo lo demás era para Ecuavisa. Hasta su superestrella Fernando Villarroel volvió a casa con las manos vacías.

Es bueno saber que un jurado que representa a la industria de la televisión ecuatoriana, no está dispuesto a premiar a noticieros que privilegian el morbo por sobre la información. O a un productor como Villarroel, quien ha sido capaz de mantener, durante años, un sketch al que toda una comunidad, o minoría, o grupo cultural, como se quiera llamar a los montubios, califica de ofensivo, racista y sexista.

En la medida en que prevalezcan estos principios y ningún programa de ese tipo vuelva a ser premiado en el futuro, los premios ITV podrán ganarse un sitio de respeto.