El primer juicio a raíz de los atentados ferroviarios de Madrid terminó apenas 25 minutos después de comenzar, cuando un adolescente español declaró que ayudó a transportar la dinamita usado en los ataques.
 
El joven de 16 años aceptó el pedido de la fiscalía de ser confinado por seis años a un centro de detención juvenil y cinco de libertad condicional.
 
Se pensaba que el juicio en la Audiencia Nacional duraría tres días, pero el adolescente se declaró culpable nada más terminar la lectura de acusaciones la fiscal Blanca Rodríguez.
 
El juez preguntó al acusado si comprendía la gravedad de los cargos, los admitía y aceptaba la petición del fiscal. A las tres preguntas contestó con un lacónico sí.
 
El acusado acudió a la Audiencia Nacional acompañado de su madre y un abogado de oficio. No fue difundida su identidad conforme a la legislación española, por ser menor de edad.
 
El muchacho encaró en un principio una pena de ocho años de cárcel, pero los fiscales la redujeron a seis porque de lo contrario, al cumplir los 23 años tendría que haber ingresado en una cárcel para adultos, según la ley.
 
Esas bombas mataron a 191 personas y fueron culpados varios musulmanes, en su mayoría marroquíes, ligados a la red terrorista Al Qaida.
 
Los fiscales dijeron que el joven colaboró con una banda que traficaba con drogas y explosivos en el norte de España y que vendió la dinamita usada en las bombas colocadas en cuatro trenes de cercanías el 11 de marzo.
 
A cambio de una cantidad no especificada de dinero, el adolescente presuntamente se embarcó en un autobús con dirección a Madrid desde la norteña ciudad de Oviedo con una bolsa de gimnasia precintada con candado y que contenía de 15 a 20 kilos de dinamita robada en una mina.
 
El joven al parecer entregó al dinamita a un marroquí llamado Jamal Ahmidam, el presunto comprador del explosivo.
 
Las autoridades indicaron que en total fueron utilizados unos 140 kilos de dinamita en los atentados ferroviarios.
 
El muchacho fue convicto de tenencia ilícita de explosivos con fines terroristas. Agregó que desconocía el contenido de la bolsa.
 
Ahmidam fue uno de siete sospechosos que participó en los ataques y que se suicidaron en un apartamento madrileño al detonar una carga explosiva el 3 de abril cuando la Policía se disponía a detenerlos.
 
Dieciséis adultos han sido encarcelados en relación con los atentados del 11 de marzo, acusados de terrorismo u homicidio.
 
El adolescente no puede ser detenido por más de seis meses sin comparecer ante la justicia debido a la legislación juvenil española. Fue encarcelado el 16 de junio.